Como todas las empresas, son fruto de una necesidad: ni siquiera una sentencia judicial asegura el cobro de una deuda. A pesar de las mejoras introducidas en la legislación en los últimos años, las posibilidades de impago son múltiples, desde declararse insolvente a traspasar el patrimonio a empresas a nombre de terceros. La figura del moroso profesional no es exclusiva de la economía española. Pero sí lo son algunas de las empresas especializadas en el recobro de morosos, empezando por sus nombres.

El Cobrador del Frac, El Torero del Moroso, El Monasterio del Cobro, El Cobrador Escocés, El Sindicato del Cobro o El Cobrador Eficaz conviven con otras empresas de servicios de gestión, en un sector con más de 300 compañías.

UN ´CARNAVAL´

Con una diferencia, más allá de la denominación social: junto con la gestión profesionalizada de la morosidad utilizan sistemas llamativos para la recuperación de impagados, a medio camino entre el reclamo publicitario y una opción que sólo se usa como última baza, según las compañías consultadas. Consiste en señalar la presencia del moroso en su entorno habitual a través de un gestor que visita al deudor con una vestimenta singular: un traje de luces, un kilt escocés o un frac, entre otras posibilidades de lo que los expertos llaman el carnaval de la morosidad.

Esas empresas son "una singularidad que sólo es posible en España: ni en Europa ni en América Latina se permite hacer pública una situación privada como el impago de una deuda", dice Pere J. Brachfeld, presidente de la Federación Europea de Credit Managers.

A pesar de la existencia de sentencias judiciales que sustentan esta tesis, las empresas de cobro de morosos "siguen apareciendo, porque lo permite la ley y, sobre todo, porque tienen un hueco en el mercado", reconoce.

El Torero del Moroso es una firma gallega que se instaló hace unos meses en Barcelona. Este año prevé abrir 5 oficinas. Nació hace 3 años en A Coruña: "Un empresario se encontró con problemas para cobrar sus deudas y detectó una oportunidad de negocio", explica un directivo.

La operativa que utiliza es similar a la del resto del sector. "Se trata de dar un servicio a un cliente que se siente estafado porque no consigue cobrar una deuda, incluso en los casos en los que un juzgado le ha dado la razón", dice García. Lo primero es documentar la existencia de la deuda, a través del departamento jurídico. "Una vez verificada la documentación --prosigue-- el departamento de investigación se pone en marcha, porque judicialmente es difícil cobrar a un estafador".

El objetivo es llegar a acuerdos con el moroso --sobre todo con estafadores profesionales-- a través de un gestor. Pero la empresa cuenta también con analistas de riesgo para compañías que utilizan sus servicios como prevención. Si la negociación no llega a buen puerto, queda el recurso del uniformado. "El torero puede aparecer en un 10% de los casos, y visita al deudor en su ámbito habitual", según García. Su efecto es "fulminante, sobre todo, en ciudades pequeñas".

Javier De la Puente, abogado de El Cobrador Escocés, asegura que la operativa "es la misma que utiliza cualquier empresa de servicios de este tipo, con la diferencia de que la publicidad es más llamativa". Esta firma usa "sólo como reclamo publicitario" a un trabajador vestido de escocés. Los honorarios del sector "siempre dependen de si es posible cobrar, pero en general rondan el 40% de la deuda".

UNA PEQUEÑA MULTINACIONAL

El Cobrador del Frac, quizá la empresa más conocida del sector, se define como "el mayor grupo de empresas de cobro de morosos en Europa", sin más rodeos. Con 15 años de experiencia y delegaciones en España, Francia y Portugal, cuenta con un equipo de gestión al que se añade un banco de datos y un servicio de informes comerciales. Según un portavoz, Xavier Cambó, las denuncias "proceden de morosos profesionales, con el único fin de retrasar el procedimiento de cobro". "Y casi siempre son sobreseídas", concluye.