La ola de la fiscalidad verde empieza a llegar a los ayuntamientos. Después de que el Gobierno central aprobara el nuevo impuesto de matriculación en función de las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos, algunos municipios han aplicado una reforma similar al tributo de circulación. Las rebajas para los menos contaminantes pueden alcanzar el máximo legal del 75%.

Entre los ayuntamientos pioneros en aplicar bonificaciones en función de las emisiones de CO2 se encuentran los de Murcia y Málaga, y otros tres catalanes: Sant Cugat del Vallés, Vilassar de Mar y Rubí (Barcelona). Estos municipios se han anticipado a una reforma que prepara el Ministerio de Economía y han aprovechado las posibilidades legales que permite la regulación del impuesto de circulación.

NORMATIVA FLEXIBLE La ley de haciendas locales permite aplicar una bonificación del 75% a los vehículos con energías alternativas y a todos aquellos que, "por las características de sus motores, tengan incidencia en el medio ambiente".

Amparándose en ese resquicio legal, el Ayuntamiento de Málaga aplica bonificaciones a los vehículos que emitan menos de 160 gramos de dióxido de carbono por kilómetro, que alcanzan el 50% de la tarifa el primer año de la matriculación y el 25% en los siguientes. El nivel de 120 gramos de CO2 es el que exime de pagar el impuesto de matriculación a partir del 2008. Ajustándose a ese nivel, Murcia sitúa el listón en los 120 gramos solo para coches híbridos.

El Ayuntamiento de Sant Cugat, ha aprobado una bonificación del 75% para los vehículos que emitan menos de 120 gramos. En Rubí se aplica, desde el 2006, un descuento del 75%. Y en Vilassar de Mar, la ordenanza que se aplicará en el 2008 rebaja un 50% el tributo que pagarán los coches que emitan menos de 120 gramos, y un 75% a los vehículos sin emisiones y los que utilicen combustibles alternativos al petróleo hasta el 2012.

CONCIENCIA ECOLOGICA El debate generado por el cambio climático parece que empieza a dejar huella en los consumidores. Un estudio realizado por Cetelem para la Federación de Concesionarios (Faconauto) indica que tres de cada cuatro españoles estaría dispuesto a comprarse un coche híbrido (que combina un motor diésel o gasolina con otro eléctrico) por su reducido nivel de emisiones de CO2.

Pero el precio y las preferencias por turismos potentes llevan al comprador a "traicionar" su conciencia ecológica, según el estudio. La realidad es que los coches con energías o combustibles alternativos al diésel o la gasolina solo representan el 1% de las ventas de automóviles.