El boicot al cava catalán promovido por grupos políticos y medios de comunicación contrarios al proyecto de Estatuto de Cataluña se saldó el año pasado con un descenso de ventas de botellas en el conjunto de España del 7,97% respecto al 2004, año en el que ya se vivió otro. Este porcentaje responde a una caída de ventas de 7,87 millones de botellas en este mercado. Por contra, las exportaciones aumentaron el 6,29%, hasta alcanzar los 128,9 millones de unidades, con lo que la cifra global de botellas de cava ascendió a 222,4 millones, el 0,46% más que en 2004.

Los grandes beneficiarios del boicot ha sido, en primer lugar, el champán francés, que incrementó sus ventas en España en un 36%, con casi tres millones y medio de botellas vendidas, según fuentes del sector, y el cava producido o etiquetado fuera de Cataluña (más de 300.000 de sus botellas se produjeron en cavas catalanas), y que prácticamente duplicó las ventas del 2004, hasta alcanzar los 2,64 millones de botellas, un incremento del 93,12%. El subdirector general de Producción Agroalimentaria, Francisco J. Maté, elogió la calidad del cava catalán y lo puso como un ejemplo de exportación, y lamentó que "el triunfador" del boicot en España "sea un producto que no es nuestro, como el champán".

Los perjudicados fueron las empresas catalanas de cava y sus suministradoras, y en parte los consumidores, ya que con un nivel de calidad similar al de un año antes, el valor de las ventas se incrementó un 7%, hasta alcanzar los 836,3 millones de euros. Los datos los facilitó ayer el presidente del Consejo Regulador del Cava, Gustau García Guillamet, en la presentación del balance del 2005. Para el Consejo, las cifras demuestran que "el cava ha superado el boicot ".