La inmigración está colaborando por partida doble al boom de la construcción que se vive en España desde hace ya siete años. Por un lado, aporta un porcentaje importante de la mano de obra que ha hecho posible esta producción tan elevada de pisos en tan poco tiempo. Y, además, ha contribuido a tirar de la demanda ya que también se han sumado al carro de los compradores, y no solo en segundas residencias o pisos para invertir. Según un estudio del Ministerio de Vivienda, entre diciembre del 2001 y enero del 2006 la cifra de viviendas principales de propiedad de extranjeros ha pasado de poco más de 200.000 unidades a algo más de 410.000.

Los cálculos se han hecho cruzando todo tipo de datos, desde los del último censo oficial, del 2001, hasta las renovaciones del padrón y otras fuentes oficiales como la actividad económica.

HIPOTESIS CONSERVADORA La cifra de 410.000 pisos se basa en cálculos estadísticos a partir de la constatación del comportamiento de los inmigrantes llegados a España antes del 2001 y su proyección sobre los que entraron en el país en el último lustro. En el informe se advierte de que la cifra de viviendas principales en propiedad se basa en hipótesis conservadoras y da por hecho que en lo que llevamos de año habrá aumentado más.

En estas viviendas principales de propiedad residen casi 1,3 millones de extranjeros, lo que supone que casi un 30% de inmigrantes que vive en España lo hace en una vivienda propia.

Una de las razones de la opción de compra es el elevado precio de los alquileres y la escasez de esta oferta. Las nacionalidades con mayores porcentajes de viviendas principales son las de los países de UE sin contar los de la ampliación, así como los de Canadá, EEUU, Australia y Japón. Así, el 67% de ciudadanos de la UE-15 que vivían en España en el 2001 constaban como dueños de su vivienda habitual.

En el 2005, en España se registraron 989.000 operaciones de compraventa de viviendas. El ministerio calcula que los extranjeros han adquirido una media de 52.000 pisos anuales en el último lustro, lo que equivale al 5,2% de las compras del 2005. El ritmo de adquisiciones se ha frenado en los últimos cuatro años debido a la entrada de inmigrantes con menor poder adquisitivo.

Sin embargo, el informe cree que este freno es temporal porque "junto con la nacionalidad, el hecho más determinante a la hora de adquirir vivienda es el tiempo de estancia en España, y aumenta la probabilidad de compra a medida que la estancia es mayor". Por ello, aseguran que "el enorme volumen de extranjeros entrados en los últimos tres años no ha dejado sentir todo su efecto" en el mercado inmobiliario. El porcentaje de inmigrantes que adquiere una vivienda principal oscila entre el 20% de los que llevan menos de dos años en España, hasta el 64% de los que llegaron hace 40.