La apuesta de las aerolíneas de bajo coste por el pasajero de negocios está dando un buen resultado. Esta estrategia pasa ahora por potenciar los vuelos con llegadas o salidas desde los aeropuertos de las grandes ciudades. España está en el centro de este objetivo y los aeropuertos de Barajas (Madrid) y El Prat (Barcelona) son los ejemplos más claros de esta nueva política de las líneas de bajo coste.

Los buenos resultados se reflejan en el incremento de los vuelos de las compañías de bajo coste. Así, en Barcelona, Vueling, tiene un 28% más de movimientos que la temporada invernal pasada. Easyjet, un 21% más y Air Berlin registra un 18% de aumento, según informó Aena.

El pasado septiembre, de los 46,78 millones de pasajeros que entraron a España por vía aérea, el 39,4% lo hicieron con aerolíneas de bajo coste, que acumularon un crecimiento interanual del 32,5%. Por contra, las tradicionales continúan perdiendo cuota de mercado, ya que transportaron un 3% menos de viajeros hasta septiembre del 2007 que en los nueve primeros meses del 2006, según el Instituto de Estudios Turísticos.

El de Barcelona ha sido el aeropuerto que en septiembre ha registrado un mayor aumento de pasajeros de vuelos baratos. Ha duplicado sus entradas (101,9%) hasta llegar a un total de 1.620.039 pasajeros.

En el último año, de septiembre del 2006 a septiembre del 2007, Barajas ha experimentado un importante tirón con Vueling, Easyjet y la llegada de Ryanair. Le siguen el aeropuerto de Valencia y El Prat.