Las caídas en las cotizaciones registradas en las últimas cuatro sesiones han acabado con el optimismo con que el Ibex comenzó el nuevo año. La recogida de beneficios penaliza a un selectivo que se aleja de la cota de los 9.500 puntos que rozó en la primera sesión del nuevo ejercicio.

El principal índice bursátil español se dejó ayer el 1,90%, con lo que dejó la rentabilidad anual en un minúsculo 0,04%, prácticamente con un nivel de vuelta al 2008. El día se complicó por el mal tono de Wall Street. Los inversores optaron de nuevo por la recogida de beneficios, lo que llevó al Ibex hasta los 9.199 puntos.

Las caídas generalizadas empujaron al selectivo a su nuevo mínimo anual, en un lunes en el que Standard & Poor´s colocó la calificación crediticia a largo plazo de España en vigilancia "negativa".

El sector de la construcción fue uno de los más castigados ayer, con los recortes de gigantes como Acciona o Sacyr, que perdieron el 5,12% y el 5,02%, respectivamente. ACS y FCC tampoco se salvaron y vieron cómo sus acciones cayeron el 2,16% y el 2,4%. OHL fue la menos negativa, al bajar el 0,38% en la sesión. Solo dos títulos del índice consiguieron saldar la jornada en positivo: BME (+0,83%) y Mapfre (+0,39%).

Las bajadas en los valores con una mayor capitalización también fueron responsables de que el Ibex cerrara por cuarta sesión consecutiva con signo negativo. El BBVA, con un descenso del 2,45%, fue el valor más castigado, tras pagar hoy un dividendo de 0,17 euros por título. Su competidor, el Banco Santander, perdió el 1,44%, mientras que Iberdrola y Repsol cedieron el 3,22% y el 1,44% cada una. Telefónica claudicó, aunque menos, al ceder el 0,94%. Urbas, tras su espectacular subida de cerca del 50% del viernes, cerró ayer como la mejor cotizada de la bolsa española, al remontar el 15%.

El resto de parquets europeos siguieron la tónica marcada desde Wall Street y experimentaron también recortes.