El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha anunciado esta mañana que la reforma laboral será aprobada en el Consejo de Ministros que se celebrará el miércoles, 16 de junio, con independencia de que "haya o no acuerdo" en la mesa de diálogo social. Se da la circunstancia de que el 17 de junio se celebra el Consejo Europeo, cita a la que el presidente podrá presentarse con la reforma laboral recién aprobada.

En una intervención pública en el palacio de la Moncloa, Zapatero ha defendido la necesidad de dar ese paso en el mercado laboral y ha reconocido la dificultad para lograr un pacto entre los empresarios y los sindicatos.

Acuerdo equilibrado

Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha calificado los últimos plazos dados por el Gobierno para alcanzar un acuerdo sobre la reforma laboral de "indiferentes" y ha reiterado que si el Ejecutivo impone una solución sin consenso habrá una huelga general.

Preguntado por el periodo dado por el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que antes de las palabras de Zapatero había dicho que la negociación debe acabar en un máximo de ocho días, Méndez ha recalcado que el proceso no depende "de los plazos sino de la voluntad" y ha asegurado que desde UGT se está haciendo un "esfuerzo de aproximación" que debería tener "cierta correspondencia" por parte de la patronal.

Para Méndez, lo importante es que haya un acuerdo "equilibrado", dirigido a la "economía real" y que "no menoscabe los derechos" de los trabajadores, por lo que ha advertido de que habrá huelga general si el Gobierno aprueba una reforma en sentido contrario. Ha insistido en que la solución a la reforma laboral no debe pivotar sobre un perjuicio de la situación económica de los trabajadores ni por facilitar aún "más" el despido.

Jarro de agua helada

En su opinión, sí debería constituir un "contrapunto" al plan de ajuste recientemente aprobado, el cual ha sido un "jarro de agua helada" para el conjunto de la sociedad. Los sindicatos están dispuestos a negociar en torno a una posible reducción de la jornada laboral como alternativa a los despidos, así como por medidas para acrecentar el empleo entre jóvenes y parados de larga duración y todo lo que suponga aumentar las coberturas tanto de la entrada, permanencia como la salida del mercado laboral para el empleado.

En la misma línea, también ha desmentido que desde algunos sectores se vincule el paro en España con la falta de reforma laboral ya que, ha resaltado, los culpables del desempleo son los mercados financieros, los mismos que ahora buscan conseguir una "piadosa protección" de los gobiernos.

El secretario general de UGT ha manifestado que, probablemente para el 29 de septiembre, los sindicatos europeos mayoritarios programen una jornada reivindicativa para exigir a los gobiernos alternativas diferentes a las que propugnan actualmente frente a la crisis económica.

Lucha por alcanzar un acuerdo

Por su parte, el portavoz del grupo socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, ha asegurado hoy que el Gobierno "luchará hasta el ultimo momento" por una reforma laboral pactada con sindicatos y empresarios, pero ha reconocido que ahora es "más que probable" que esta salga adelante por decreto ley. Alonso ha hecho estas afirmaciones a los periodistas en las dependencias del Congreso de los Diputados.

Alonso ha añadido, no obstante, que ese decreto será "razonable", por cuanto "respetará derechos objetivos" logrados por los trabajadores y contribuirá a la implantación de "nuevos modelos de relaciones laborales" que creen trabajo "más estable y de calidad".

Momentos delicados

Ambos propósitos conforman "el reto" del Gobierno en el proceso de reforma laboral, cuya negociación con sindicatos y empresarios atraviesa "momentos delicados", en palabras del secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo.

En un principio, el Gobierno fijó en el último día del mes pasado la caducidad del plazo de negociación de la reforma laboral, pero ante la falta de acuerdo, y tras dos años sin avances ni concreciones, optó por alargar ese plazo.