Aviso para navegantes: lo que el Gobierno español espera de la banca es que contribuya a resolver la crisis económica del país y no solo a solventar sus problemas. Cuando hoy los responsables de los grandes bancos españoles se reúnan por segunda vez en los últimos meses con el jefe del Ejecutivo español en la Moncloa ya conocerán de antemano cuál es el mensaje que van a recibir: más hipotecas y menos ganancia millonaria.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, lo anticipó ayer durante una visita electoral a Galicia en apoyo al candidato socialista a la reelección a la presidencia de la Xunta, Emilio Pérez Touriño.

En su discurso, puso a su Gobierno al frente de la resolución de la crisis, pidió inversión y esfuerzo a las administraciones autonómicas y, sobre todo, a los ayuntamientos. Pero, en esa misma línea de compromiso, fue especialmente exigente al referirse al papel que debe jugar el sector financiero para aminorar los efectos de la crisis económica, informa Antonio Sangiao.

Ante las 5.000 personas que se congregaron en el pabellón deportivo de Lugo, el presidente avanzó cual será la petición que les formulará en la reunión de hoy: "También pienso pedir, con toda mi fuerza y mi convicción, el apoyo a los bancos, a los que he respaldado como todos los gobiernos para su estabilidad, que es imprescindible. Este no es el momento de grandes beneficios, es el momento de apoyar el crédito y la financiación de las empresas y de las familias".

La relación entre el Gobierno y las entidades financieras ha dado un giro copernicano. Hace unos meses, el Ejecutivo se afanaba por defender la solidez del sistema bancario español. Pero la aplicación, utilización y eficacia de las medidas de apoyo al sector, las empresas y las familias han empozoñado la situación y les han enzarzado en un cruce de acusaciones.

MEDIDAS INUTILES El Ejecutivo y los partidos políticos azuzan el descontento social por la caída de la financiación de empresas y familias. Acusan a bancos y cajas de mantener cerrado el grifo del crédito pese a las medidas dispuestas por el Tesoro y el Instituto de Crédito Oficial.

La opinión pública percibe a la banca como la bestia negra de la crisis. Además, el presidente del Gobierno anunció a finales del año pasado que iba a convocar a los seis principales banqueros del país y a los máximos representantes de los bancos y las cajas. El encuentro ha tardado más de un mes en concretarse, pero el presidente no se ha cansado todo este tiempo de insistir en que les piensa "reclamar" que agilicen y faciliten el crédito.

Paradójicamente, algunas de las entidades que estarán representadas en la reunión no se han beneficiado de las medidas de liquidez, con lo que argumentan que "difícilmente" se les puede exigir nada. "Podemos ir al mercado con condiciones iguales o mejores que ese mecanismo", dijo Francisco González, presidente del BBVA, esta semana al referirse a las emisiones de deuda con aval público del Ejecutivo.

ENOJO Todos los grandes banqueros insisten en que el problema es que se interpreten como ayudas públicas las medidas, que en realidad son de apoyo ante el cerrojazo que han sufrido los mercados privados.

Algunos representantes del sector ya empiezan a mostrar su enojo. La presión política sobre su negocio, afirman fuentes de la banca, está dando la razón a quienes temían que esa era la moneda de cambio que iban a tener que pagar a cambio de las medidas oficiales de apoyo.