Zapatero cumplió ayer un sueño que se le resistía: cenar con George W. Bush en la Casa Blanca. No le invitó él personalmente, pero, con el aún líder de EEUU camino de que la historia le juzgue por un mandato de ocho años, con dos guerras y una crisis gravísima como colofón, es en lo último que pensaba. Antes de partir hacia Washington, José Luis Rodríguez Zapatero declaró a la cadena SER que, tras muchos años de crecimiento económico, España ha entrado en un periodo de "frenazo en seco", pero se mostró convencido de que, "si las cosas se hacen bien y lo más rápidamente posible", la situación remontará antes de que acabe el 2009.

El jefe del Gobierno español participará hoy en la primera cumbre en la que se intentará reformar el sistema financiero internacional. La participación de Zapatero en una reunión pensada en un inicio solo para los países del G-20 (potencias y países emergentes) demuestra que "España ha salido del rincón de la historia", según María Teresa Fernández de la Vega.

Mientras, el expresidente José María Aznar no ha dudado en elogiar el legado de Bush y su "gran contribución a la causa de la libertad" en un artículo que publicó ayer el diario conservador francés Le Figaro con un título explícito: "Lo que le debemos a George W. Bush". Aznar considera en su escrito que Bush asumió "con lealtad y valentía" sus responsabilidades para hacer avanzar "causas nobles y justas", y sentencia que la Historia "le hará justicia".