De forma inesperada, José Luis Rodríguez Zapatero reunió ayer en La Moncloa a los representantes de los sindicatos UGT y CCOO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, y de las patronales CEOE y CEPYME, Gerardo Díaz Ferrán y Jesús Bárcenas, y les presentó un documento con propuestas de reforma para el mercado laboral sobre el que era imposible no estar de acuerdo. Por su generalidad, porque no había ninguna medida concreta, porque dejaba fuera las cuestiones más polémicas y porque, al mismo tiempo, dejaba la puerta abierta a debatir sobre cualquier aspecto que se quiera poner sobre la mesa en el futuro, sin líneas rojas.

Así, la armonía estaba servida. Y el presidente necesitaba ayer una dosis de paz social después de haber puesto en pie de guerra a los representantes sindicales por la forma y el fondo con que el Gobierno ha abierto el debate sobre la reforma del sistema pensiones, con su propuesta de alargar a 67 años la edad legal de jubilación. También necesitaba una imagen de agentes económicos comprometidos con las reformas económicas --después del varapalo de los mercados financieros del día anterior-- y así se lo pidió a los cuatro representantes de agentes sociales presentes en la reunión.

CAUTELA El texto aprobado ayer por el Consejo de Ministros y presentado a los agentes sociales antes que a la prensa (lo contrario de lo que se hizo con las pensiones) lleva el cauteloso título de Líneas de actuación en el mercado de trabajo para su discusión con los interlocutores sociales en el marco del diálogo social y se compone de 13 páginas. Los objetivos son favorecer la creación de empleo, reducir la dualidad, mejorar la intermediación, flexibilizar la negociación colectiva y estimular el empleo juvenil.

Según explicó el presidente del Gobierno, la "reflexión fundamental" del documento para avanzar en la estabilidad del empleo pasa por una reforma del actual contrato de fomento del empleo indefinido (que lleva asociado un coste de despido de 33 días, frente a los 45 días del contrato fijo) para su mayor utilización. También, por una mayor penalización del contrato temporal, en sus cotizaciones y en su coste por despido. Además, anima a frenar el uso excesivo del despido improcedente (45 días por año trabajado) frente al económico (20 días). "Valoramos el documento por lo que contiene, y por lo que no contiene", resumió con tino Méndez. Sobre todo, por lo que "no contiene", ya que en el texto no se habla ni de reducir el coste del despido ni de introducir nuevas fórmulas de contratación, cuestiones que hicieron estallar la anterior intentona de diálogo social en julio. Por si había alguna duda, Zapatero lo dijo claro: "No va a haber pérdida de derechos de los trabajadores en lo que se refiere al coste del despido".

Con todo, el presidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, también salió satisfecho de la reunión. "Todas las propuestas del documento son positivas", aseguró, y "además, nos va a permitir poner sobre la mesa otros asuntos que nosotros consideramos importantes", añadió sin querer precisar más. Para Bárcenas, el texto es "un principio y un esbozo de por dónde tiene que ir el cauce de la negociación y a partir de ahí todos estamos de acuerdo en empezar a trabajar rápido". "El documento no impide que se pueda hablar de todo y ninguna de sus propuestas contiene contraindicaciones suficientes para pensar que el diálogo pueda volver a embarrancar", resumió Toxo.

HABRA MOVILIZACIONES La armonía cosechada ayer por el Gobierno, en el inicio del debate laboral, no impedirá, según los representantes sindicales, que prosiga el calendario de movilizaciones contra las propuestas del Gobierno en materia de pensiones. Toxo emplazó al Gobierno a retirar su propuesta si pretende evitar las manifestaciones.