El crecimiento económico de la zona euro será este año mayor del previsto y se situará alrededor del 2%, a pesar del fuerte encarecimiento de los precios del petróleo, según anunció ayer el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, al concluir el Consejo informal de Ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) en Scheveningen (Holanda). Esto supone 0,3 puntos más de lo previsto en abril. El vicepresidente económico español, Pedro Solbes, indicó que el crecimiento de España será del 2,8% este año y del 3% en el 2005.

Las exportaciones son el principal motor de la recuperación económica europea. La demanda doméstica permanece relativamente débil en el conjunto de la zona euro, aunque en algunos países el consumo privado ya cobra fuerza. Los principales riesgos para la recuperación europea son los altos precios del crudo y las incertidumbres geopolíticas, advirtió Almunia.

El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, destacó que la dependencia europea del petróleo se había reducido a la mitad desde las crisis de 1973 y que el alza de precios actual es muy inferior, por lo que el impacto de la subida del crudo será limitado. "La recuperación continuará fortaleciéndose", aseguró Trichet.

El BCE aprovechó la reunión para expresar sus reticencias a que la reforma del pacto de estabilidad alargue los plazos para que los países puedan corregir sus déficits públicos excesivos y a que se haga una interpretación demasiado laxa de las circunstancias excepcionales que permiten a un país superar el techo de déficit público del 3% del producto interior bruto (PIB).

Solbes se declaró contrario a que España retire de la circulación las monedas de uno y dos céntimos, como hizo Finlandia y se prepara a hacer Holanda, porque "incrementaría los precios y las presiones inflacionistas". Solbes y el BCE recordaron además que las monedas de uno y dos céntimos seguirán siendo de curso legal incluso en esos países.

En materia tributaria, los ministros no lograron acuerdos sobre la armonización de la base imponible del impuesto de sociedades en la UE, ni sobre la fijación de un tipo de gravamen mínimo. La presidencia holandesa estudiará la cuestión.