Diez meses después de haber perdido una pierna a causa de un atentado de ETA, Eduardo Madina Muñoz (Barakaldo, Vizcaya, 1976) ha sido elegido secretario general de las Juventudes Socialistas de Euskadi (JSE). Otro se habría desmoralizado de por vida. El no. El sabe que lo que no podrá hacer ya es jugar a voleibol (el año pasado fue escogido mejor jugador universitario), pero ahora su espíritu se ha reforzado. Por eso le ha dolido que el ministro Arenas acuse a las JSE de estar más cerca del independentismo del lehendakari que de la Constitución. "No creo que sea necesario --ha dicho-- que le envíe a Arenas mi currículo ni mi parte médico en la lucha por las libertades y contra el terrorismo". Y es que las JSE reivindican un profundo debate sobre el futuro territorial vasco. Al mismo tiempo, recrimina a Ibarretxe que "sólo hable de territorio" y "se olvide" de los que no pueden "vivir en libertad". Esta crítica también la dirige contra el Ministerio del Interior por "preocuparse demasiado por la ilegalización de Batasuna" y no por la protección de las personas amenazadas.

El "Ernest Lluch de las JSE", como denominaron a Madina cuando su coche saltó por los aires, lleva años defendiendo el diálogo para lograr la paz en Euskadi (colaboró con el movimiento Elkarri). Sigue en ello. Ha demostrado tener unas convicciones a prueba de bombas.