Si de algo vive un municipio pequeño es del alma, la vida y la alegría de los más jóvenes del lugar. Cuando eso se pierde, la localidad se queda medio vacía, por no decir completamente vacía. Y eso es lo que le pasará a Robledillo de la Vera, que se quedará sin niños que vayan al colegio público, porque se irán a otros municipios cercanos y también porque solo el año pasado nació un bebé. Las puertas del Colegio Público San Miguel Arcángel cerrarán hasta nueva orden.

Los cuatro alumnos, Aitana, Irene, Mateo y Álvaro, que cursan quinto y sexto de primaria en el colegio pasarán a la historia como los últimos estudiantes que pisaron el San Miguel Arcángel de Robledillo de la Vera, que cerrará sus puertas a finales del mes de junio. «Estos últimos meses pues los estamos viviendo con normalidad, porque no deja de ser acabar el curso y seguimos con nuestro día a día normal, con la misma dinámica de siempre», señalaba Cristina Delgado, la directora y profesora del centro.

Para la profesora esta situación es algo «inusual, nunca había vivido algo así, con tan pocos alumnos en el aula». Y es que el año pasado cursaban estudios en el centro seis alumnos, pero este año solo son cuatro, tres de sexto de primaria y una de quinto. «La diferencia entre un colegio así y cualquier otro es mucha, sobre todo en cuanto a planificación del trabajo, ya que hay que organizarlo bien para que los alumnos estén trabajando y realizando tareas en todo momento para que mientras explicas a uno pues los demás tengan algo que hacer», contaba Cristina.

Mayor conocimiento

Aunque también tiene su parte buena para los alumnos ya que «explicas cualquier tema para los alumnos de sexto, pero la alumna de quinto también presta atención y se va quedando con los conceptos para el año que viene». Y es que lo que se hace en estos casos tan particulares es que se globalizan los temas comunes «y se consigue que los niños aprendan más al estar expuestos a más información», destacaba la directora.

Para Cristina esta situación es «una lástima, porque en los pueblos pequeños el trabajo en los colegios es muy bonito», pero se resigna porque «es lo que hay, los pueblos se van quedando solos o con vecinos muy mayores». A pesar de esta situación, al San Miguel Arcángel no le falta detalle, pues tiene pista deportiva, zona de recreo y el aula está completamente equipada y actualizada a las nuevas tecnologías.

A Irene, Aitana, Mateo y Álvaro lo que más les gusta es «el recreo», como no podía ser de otra manera. Todos destacan el compañerismo que tienen entre ellos y que, a pesar de ser pocos, «nos lo pasamos muy bien juntos». Pero en sus caras se les ve esa ilusión de ir a otro colegio o instituto más grande «y con más compañeros para poder conocer y hacer nuevos amigos». Aunque en el San Miguel Arcángel no se lo pasan nada mal, incluso este curso han plantado un pequeño huerto «para luego recolectar lechugas, habas y ajos», explicaban los alumnos.

El alcalde de Robledillo de la Vera, Lucas Martín, confesaba que se sentía «decepcionado y triste» por tener que cerrar las puertas del colegio «pero es lo que nos espera a muchas poblaciones pequeñas y espero que le podamos dar la vuelta a esta situación en los próximos años», comentaba esperanzado de poder reabrir las aulas.

Para el alcalde, «se va la educación y se va la vida que son los jóvenes que están empezando a vivir y, además, los niños siempre dan alegría y felicidad dentro de un municipio, por muy pequeño que sea», subraya Lucas Martín.