La selección de Estados Unidos ha mandado un recado de autoridad inconfundible a España, actual campeona del mundo, para ahorrarse trabajo el día de una hipotética final con el oro en juego, que es el único escenario en el que ambas formaciones podrían volver a encontrarse.Kobe Bryant y Pau Gasol han vuelto a verse sobre el parquet semanas después de rumiar la derrota en la final de la NBA ante los Boston Celtics. José Manuel Calderón y Chris Bosh se han saludado en campos contrarios al cabo de la temporada con los Raptors de Toronto. También Jorge Garbajosa ha entrado al envite después de cerrar el paso por la franquicia canadiense.En general, se conocen y están al día de lo que hay. Y lo que hay es que, al margen de este partido, todos ellos creen que habrá un segundo asalto más adelante (que solo podría repetirse en la final). Con esa idea, pero vista desde distinta perspectiva, han abierto las hostilidades.Ávidos de victoriasLos estadounidenses no pueden ocultar que juegan ávidos de reafirmarse ante el mundo entero. España constituye la mejor pasarela posible para avanzar en la rehabilitación de la imagen perdida, así que ni el Coach K, Mike Krzyzewsky, ni sus hombres han ocultado nada. Tampoco lo habían escondido en los choques precedentes.Desde el punto de vista norteamericano, por tanto, lo adecuado pasaba por seguir el mismo ritmo machacante y dar un aviso a la selección que mayores posibilidades alberga de plantearles un desafío consistente en la pelea por la cima del podio.La principal lectura que la selección española debe apuntar sobre la que espera no sea la última toma de contacto con Estados Unidos tiene que ver con la velocidad. Los estadounidenses accionan los resortes del baloncesto a una marcha de vértigo. El físico se lo permite.Superioridad estadounidenseSolo hay una forma de tumbarlos que reclama, inexorablemente, reducir las revoluciones del motor que les impulsa. Hasta que España ha dado por terminada la velada, bastante antes del final del choque, a lo largo del tercer cuarto, ha firmado los mejores porcentajes de tiro de todo el campeonato, pero el tiempo que los americanos necesitaban para ejecutar sus lanzamientos era mucho menor.Con porcentajes prácticamente iguales, ha empezado a perder el paso al final del segundo tramo. En esa fase de ignición estadounidense (36-49), los números corrían parejos, pero con muchas más acciones por parte de los americanos en todos los apartados: en tiros de campo cantaban un 65% de acierto español y un 64% de los NBA, pero con 12 de 20 de dos y uno de tres en triples en el primer caso y, en el segundo, 18 de 28 y seis de nueve.Al margen de que los campeones del mundo han perdido muchos balones (28), y eso resulta mortal contra estos bólidos, la principal premisa para ganarlos es impedir que corran y que impongan su poderoso físico. Si España dispone del antídoto, lo ha escondido muy prudentemente. Si no lo tiene, el oro es inaccesible.Ficha técnica:España (22+23+18+19): 82

Calderón (4), Fernández (8), Mumbrú (8), Reyes (19), Pau Gasol (13) -cinco inicial-, Marc Gasol (8), Navarro (5), Rodríguez (6), Rubio (8), Garbajosa (3) y López (-).Estados Unidos (31+30+25+33): 119

Kidd (2), Bryant (11), James (18), Anthony (16), Howard (10) -cinco inicial-, Wade (16), Bosh (2), Paul (14), Williams (11), Prince (10), Boozer (5) y Redd (4).Árbitros:

Brazauskas (LTU), LaMonica (ITA) y Aylen (AUS). Han excluido por personales a Williams. Han señalado técnica a Reyes (m.13) por hacer comentarios.Incidencias:

Encuentro correspondiente a la cuarta jornada de la primera fase del torneo de baloncesto masculino de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 disputado en el pabellón Wukesong ante unos 11.000 espectadores.La reina Sofía y los duques de Palma, Cristina e Iñaki, estuvieron en el palco junto con Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte; Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE); José Luis Saez, presidente de la Federación Española de Baloncesto (FEB), así como el tenista español Rafa Nadal.