Afectada por una poliomelitis en su infancia, Rufina Banquetero asegura que nunca necesitó a nadie hasta hace unos seis años, cuando su estado físico la obligó a tener que utilizar una silla de ruedas. Viuda desde el año 89, reconoce que necesita ayuda "porque no quiero ser una molestia o una carga para mis hijos", pero no le gusta nada la palabra dependiente. Dice que es una palabra que le suena mal, y para justificar su rechazo dice: "Yo soy minusválida y necesito ayuda para ciertas cosas, hasta el punto de que no podría prescindir de la ayuda a domicilio con la que cuento desde hace años, pero para otras muchas cosas me valgo sola, soy independiente".

Aunque en su opinión la ayuda que se presta a las personas dependientes desde las instituciones "no está mal", considera que se necesita más, "yo al menos necesitaría que la asistente social que viene a casa pudiera estar algo más de tiempo".

También reconoce que la situación y las ayudas que se les presta ahora a las personas dependientes han mejorado mucho con respecto a la de hace algunos años; aunque personalmente considera que los políticos se interesan por ellos solo en campaña electoral, "cuando quieren conseguir votos".

Por sus palabras no parecer que el concepto que tiene de los políticos sea muy bueno, al menos de los de ahora. "A los políticos que hay ahora, en general, no los veo sinceros", y añade, "para mí eran mejores antes, Adolfo Suárez, Felipe González..., que eran más respetuosos y sinceros, creo yo".

Y lo que tiene muy claro es que quiere estar en su casa. "A muchos las residencias nos dan cierta tristeza, y por eso lo que necesitamos de los gobiernos es que nos presten la ayuda suficiente, de atención y económica, para poder estar en nuestras casas el mayor tiempo posible", reclama.