La inmensa mayoría de los 350 diputados de la próxima legislatura tienen ya nombre y solo unos pocos (19, si se consideran los resultados de las encuestas publicadas la semana pasada) concentran la pugna.

Las elecciones se van a dilucidar, salvo sorpresas de última hora, en 16 de las 50 circunscripciones si los márgenes entre los partidos se mantienen en los límites previstos. Además de esas 16, en cinco más habrá cambios, pero solo porque las variaciones de población les han sumado o restado un diputado. Las provincias que elevan a 21 la cifra de territorios clave son Murcia, Toledo y Soria, donde saldrán ganando los socialistas; y Almería y Córdoba, donde el beneficiario será el PP. Otras tres variaciones en función de la población (A Coruña, Alicante y Vizcaya) no tienen un resultado claro.

BIPOLARIZACION Las circunscripciones donde se va a poder medir mejor el aumento de la bipolarización en la nueva Cámara, en detrimento de las minorías nacionalistas, son las catalanas, con seis de sus 47 escaños en juego. Mientras que en todas las demás provincias donde hay pelea está en juego un solo diputado, en dos de Cataluña --Barcelona y Girona--, puede cambiar de manos más de un escaño.

Al igual que en Cataluña, los grandes partidos pueden crecer en Galicia, Canarias y Aragón a costa de los nacionalistas. Allí donde se enfrentan solo ellos, cara a cara, los cambios probables son mínimos. Se pueden dar en Cádiz, Málaga, Ciudad Real y León, y en todos esos casos el que tiene opciones de salir ganando es el Partido Popular. Cabe añadir Alicante, ya que el nuevo diputado de esta provincia también se lo disputan entre ambos, al igual que el que es probable que pierda Izquierda Unida en Valencia.

En Madrid, los socialistas corren serio riesgo de perder un escaño y el beneficiario más probable es el PP, aunque también podría ser el nuevo partido de la exsocialista Rosa Díez.