Alo que estamos, que son las municipales y las autonómicas. Hay que recordarlo todos los días. Pero vale la pena, porque Mariano Rajoy dijo hace un par de días que del resultado de estas elecciones se derivaría el de las próximas generales, y ahora dice que esto no son unas primarias. Tampoco a él le conviene, realmente, porque de no ganar con claridad le podría enviar a casa Esperanza Aguirre, que no se anda con chiquitas, en cuanto un compañero le parece blandito le llama comunista y le prepara el billete a su oficina de registrador de la propiedad (oficio que abunda en el PP).

En Extremadura, donde no suelen acordarse apenas de los políticos de otras latitudes, salvo de Carod-Rovira cuando le da por enviar al éter mensajes xenófobos con las cuentas alteradas, están centrados en las nuevas tecnologías. Y no es ninguna broma. En esa tierra los institutos están interconectados con banda ancha y hay un ordenador por cada dos niños en la escuela. Se han fijado en el mundo, que hace siglos recorrían con espadas y caballos, y han hecho el razonamiento preclaro: la revolución industrial la hemos perdido. Nuestra única salida es subirnos al tren de las nuevas tecnologías. Lo que supone, en el fondo, que de lo que se trata es de hacer un gigantesco esfuerzo por la educación.

Y allí vemos que los candidatos discuten sobre la forma en que mejor se puede invertir para que el tren no se escape. Tecnología, desde luego, pero cómo se aplica, porque el modelo irlandés no vale, ya que está basado más en las ventajas fiscales que en lo otro.

Eso, y la calidad. Un poner, que dicen algunos contagiados por los aires que llegan de Huelva: el cerdo ibérico. La mayoría se cría y se cuida allí. Pero los secaderos están en Salamanca y en Huelva, que tienen los aires mejor preparados para ello. Cuando uno ve las dehesas por donde corretean los cochinillos, se le enternece el corazón pensando en la grasa que destilarán algún día los jamones por encima de un trozo de pan. A mí me pasa. Esa sí que es una base de futuro. Y una base de discusión seria sobre la política. Cerdos ibéricos.