En esta época de la burbuja inmobiliaria --que algunos consideran en vías de desinflarse, mientras que otros siguen manifestándose por el encarecimiento de la vivienda--, nadie puede discutir que la vivienda es uno de los temas estrellas de la campaña electoral. Así ocurre ahora y así ocurría también en el 2003, cuando el entonces candidato socialista, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, prometió la elaboración de un Plan Regional de Viviendas para ofertar inmuebles "asequibles para las rentas bajas y medias y los jóvenes".

Un mes después de su victoria electoral, el PSOE diseñó un equipo de Gobierno con dos nuevas Consejerías: la de Economía y Trabajo y la de Fomento, con María Antonia Trujillo al frente, que asumió competencias en Urbanismo, Vivienda, Infraestructura y Transporte. Poco después comenzó a hablarse del Plan 60.000 , mediante el cual la Junta pretendía construir viviendas con un precio máximo de 60.000 euros entre el 2004 y 2007.

A finales de año, el Consejo de Gobierno aprobó la creación de una empresa pública de gestión de infraestructuras, suelo y vivienda, que más tarde sería denominada como la Agencia Extremeña de la Vivienda, el Urbanismo y el Territorio. Con este organismo, la Junta pretendía acometer el Plan 60.000 , en el que inicialmente estaba programada la construcción de 8.000 casas a este precio y que tuvo una muy buena acogida en la sociedad y los municipios extremeños.

´HIPERINFLACION´ Hay que tener en cuenta que el 2002, primer año de vida del euro, se había cerrado con una hiperinflación de la vivienda nueva en Extremadura, con una subida de más del 18,4% tanto en la capital cacereña como en la pacense, cuatro puntos por encima del encarecimiento medio de España y casi seis veces más que el IPC.

Según el estudio de mercado difundido por la Sociedad de Tasación, la comunidad extremeña era la cuarta donde más se incrementaban los precios de la vivienda, un 18,4%, solo por detrás de Cantabria, Andalucía y Madrid si bien las dos capitales de provincia continuaron situándose entre las más baratas del país, siendo Badajoz la primera y Cáceres la cuarta. A nivel nacional, el incremento era del 14,7%.

Un año después, la tendencia se invertía y el coste de los pisos en Extremadura subía un 8%, la mitad que la media nacional, durante el 2003. Así, la región se quedaba lejos de los incrementos de Madrid (30,5%), País Vasco (20,8%) o Cataluña (19,3%) y mantenía los precios por metro cuadrado destinado a vivienda (no edificada) más bajos del país --696,98 el de la vivienda libre y 620,97 la de protección, que subió solo un 2%--, según los datos del Ministerio de Fomento.

A pesar de estas cifras tan optimistas, a finales de ese mismo año otro informe, esta vez basado en el Boletín Estadístico de la Construcción (que pretendía unificar todos los datos sobre el tema), indicaba que el precio de la vivienda había crecido más de un 53% en seis años en Extremadura, pasando de los 404,8 euros de 1998 a los 620,9 en el segundo trimestre del 2003.

PLAN 60.000 Con este panorama, en septiembre del 2004, la Junta anunció que el Plan 60.000 llegaría a 16 municipios extremeños, ampliando de esta forma el compromiso inicial de 8.000 viviendas en las siete principales ciudades de la región. Antes, la consejera de Fomento había sido llamada por el nuevo presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para ponerse al frente del Ministerio de Vivienda y trasladar allí las políticas de vivienda de la región. A finales del mismo año, el PSOE aprobaba en solitario la ley por la que se creaba la Agencia Extremeña de la Vivienda.

A pesar de los esfuerzos de las Administraciones, no obstante, al año siguiente Extremadura superó la subida registrada a nivel nacional, con un aumento del 14% (el cuarto más elevado, por comunidades) frente al 12,5% del conjunto del país, de acuerdo con la Sociedad de Tasación. Así, los extremeños pagaban el metro cuadrado de vivienda construida a unos 1.213 euros de media, lo que supone que un piso de tipo medio (100 metros) costaría más de 120.000 euros. No obstante, la región continuaba contando con las casas más baratas, a mil euros de distancia por metro cuadrado de la media de España y muy lejos de comunidades como Madrid, que rondaba los 3.400 euros.

Un año después, la misma Sociedad volvía a situar el incremento de la vivienda extremeña en torno al 14% (14,3, en concreto), lo que la colocó como la tercera --empatada con Valencia--, con una subida más fuerte, solo por detrás de Galicia y Aragón. De este modo, el precio del metro cuadrado aumentó en 174 euros, lo que supondría desembolsar unos 15.000 euros más al comprar un piso medio. El Ministerio de Vivienda, por su parte, reducía el incremento extremeño al 12,1%, siete décimas por debajo de la media española, cuya desaceleración resaltaban sus responsables.

MEDIDAS Desde entonces, la Agencia de la Vivienda ha puesto en marcha el registro de demandantes de pisos del Plan 60.000 , con una oferta en torno a las 9.000 casas. Por su parte, el Gobierno central ha dotado con 6.200 millones de euros el Plan de Vivienda 2005-2008. Asimismo, el precio de la vivienda experimentó en el 2006 su menor aumento porcentual en los últimos cinco años, un 9,9%.

Sin embargo, los precios del mercado inmobiliario siguen dejando al margen a muchos extremeños, que se quejan de vivir en una región "que tiene las casas más baratas, pero también las rentas más bajas". Además, el nuevo Código de Edificación amenaza con encarecer una casa en hasta 14.000 euros, como informó este diario --ver 1 de mayo--.

Por ello, los candidatos a la Junta no han dudado en incorporar diversas medidas sobre vivienda en sus programas electorales. Está por ver qué seducirá más a los electores: los alquileres para jóvenes a 200 euros de Vara, las deducciones fiscales de Floriano o la garantía por ley de una vivienda que propone Casco.