José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy quisieron estar presentes en Arrasate para mostrar su repulsa a ETA y mostrar su apoyo a la familia del exedil asesinado. Los candidatos de PSOE y PP optaron por desplazarse urgentemente nada más tener conocimiento del atentado, y a última hora de la tarde se encontraban ya en el lugar donde ETA había cometido su última vileza.

Zapatero se reunió durante más de una hora con los allegados de Isaías Carrasco; su madre, su esposa y sus tres hijos, a los que transmitió sus condolencias. Después declararía a la prensa, visiblemente indignado, que había encontrado a una "familia de trabajadores honesta" y les prometió que los autores "pagarán por esto". También Rajoy quiso manifestarles su cariño y solidaridad "en los peores momentos que puede pasar un ser humano".

La presencia de Rajoy y Zapatero en Arrasate, una localidad con fuerte implantación de la izquierda aberzale, obligó a la Ertzaintza a activar un fuerte dispositivo policial.

Complicación

Contaron con la ayuda de los nutridos servicios de seguridad de ambos candidatos, aunque el deseo del popular de visitar la capilla ardiente de Isaías Carrasco complicó aún más el dispositivo. El ayuntamiento está situado en pleno centro, y durante muchos minutos la plana mayor del PP aguardó en el exterior a que el féretro llegara al consistorio, ante la evidente preocupación de los escoltas.

La instalación de la capilla ardiente tuvo lugar poco antes de las 11 de la noche. El coche fúnebre fue recibido con aplausos por las decenas de cargos y simpatizantes del PSE presentes, que portaron a hombros el féretro hasta el salón de plenos, donde permanecerá hasta las 5 de la tarde de hoy. A esa hora se celebrará el funeral por el exconcejal asesinado, al que asistirá la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega. Los vecinos están también convocados a una concentración al mediodía frente al consistorio.