Después de la niña de Rajoy, Manuel Nevot es el personaje más famoso surgido del debate entre el candidato del PP y Zapatero. "Cuando escuché mi nombre me quedé helado", dice el agente inmobiliario de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), tras atender ya a más de 30 medios de comunicación en un día muy largo. "No me merezco esta fama".

Hacía medio año, este votante del PP le explicó al líder local del partido, Santi Rodríguez, lo que le había pasado: la visita de una inspectora en el 2006 y una doble multa de 400 euros por no rotular su actividad en catalán ni poder enseñar hojas de reclamación, "que tenía guardadas mi secretaria, que no estaba", dice. Hace una semana, Rodríguez le pidió permiso para usar su caso en algún mitin o entrevista. Ningún problema. Y, pese al susto inicial, no le ha molestado nada que Rajoy le mencionara. "No, no me he sentido utilizado. Ni me importa que se conozca mi caso, que es muy injusto. Soy hijo y nieto de Vilanova, catalanohablante, pero creo que se han pasado con la multa. No pienso ni pagarla".

Desde 1982 Nevot anuncia, en castellano, su actividad en la fachada: "Fincas Nevot, compra, venta de pisos, solares, rústicas". Pero el informe de la inspectora también se refiere a "Finques Nevot", la inscripción en la ventana de la inmobiliaria. "Lo puse en 1990, cuando la normalización lingüística obligaba a eso". Nevot pensaba que era suficiente. Dice que no le dieron un plazo para adaptar el rótulo principal. "Me enviaron el expediente y la multa. He hecho tres alegaciones y desde abril del año pasado no sé nada más".