"He votado desde que tuve los 18 años, pero lo acabas haciendo por inercia, porque te das cuenta de que la mayoría de las promesas políticas acaban siendo mentiras electorales". Upe Donoso tiene 28 años. Ideológicamente se define como una persona de centro y progresista. Reside en Badajoz, donde llegó para cursar estudios universitarios y allí se ha quedado. Es profesora interina en una de las escuelas universitarias de la Uex y antes trabajó con una beca de investigación que dejó para atender la oferta laboral que le habían hecho desde el ámbito docente.

La política le interesa lo justo. Sigue los informativos, suele leer algo los periódicos e intenta estar al día de lo que ocurre. "Cuando llegan las elecciones, todos estamos más pendientes de la actualidad, tal vez porque en nuestras manos está el futuro. El voto te da derecho a exigir después, pero al final nuestros problemas siguen ahí". Como a la mayoría de jóvenes de su edad hay dos aspectos que les preocupan por encima del resto: la vivienda y el empleo, sin olvidar el terrorismo. Cree que en Extremadura se ha avanzado en la formación de las nuevas generaciones, pero que al final muchos de estos universitarios engordan las listas del paro o trabajan muy mal pagados.

Upe, además, hace menos de un año que decidió dejar de compartir piso para compartir una vida en común con su pareja. Decidieron casarse y emprender una aventura con una economía familiar de poco más de 1.600 euros mensuales. "Una cuarta parte del presupuesto lo destinamos a pagar el alquiler. Estamos en la lista de los pisos de 60.000 euros porque hoy no es fácil encontrar una vivienda que se adapte a lo que ganamos". Aun así no pierde la sonrisa y confía en encontrar soluciones entre esas mentiras electorales a las que ahora presta más atención.