Tras una campaña en la que la izquierda aberzale ha intentado boicotear casi todos los actos e incluso atentar contra un candidato, el Gobierno baraja la posibilidad de que los violentos intenten hacerse notar también en la jornada electoral. Por eso, ha establecido un dispositivo en el que participan la Ertzaintza --con competencias en el País Vasco--, policía y guardia civil --que se ocupan de la seguridad en Navarra--, y las delegaciones del Gobierno en ambas comunidades con el fin de blindar los colegios electorales y puntos delicados, según confirmaron ayer fuentes gubernamentales.

La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, no entró en detalles pero aseguró que Interior "va a seguir poniendo todos los recursos para que la jornada del domingo sea pacífica". El Gobierno prevé uno de los momentos más críticos a primera hora, ya que es probable que los aberzales taponen con silicona u otros materiales la entrada a los colegios. Además, ANV ha animado a votar también las candidaturas anuladas y con el DNI vasco, lo que podría complicar la jornada. Incluso fuentes de la lucha antiterrorista temen que haya algún acto de kale borroka .

CIERRE Ayer, los seguidores de Batasuna decidieron cerrar la campaña con más presión hacia sus adversarios, especialmente en Navarra. Al acoso de sedes y candidatos de Nafarroa Bai, UPN y PSN, se unió la acción de los violentos que de madrugada sabotearon la catenaria de Renfe entre Pamplona y Castejón, lo que obligó a suspender el servicio más de 10 horas. En Markina (Vizcaya) lanzaron artefactos a la sede de Correos y Telefónica.

Para hacerse notar en la jornada de movilizaciones convocada por la izquierda aberzale, los radicales desplegaron sus actos desde primera hora, cuando asaltaron la sede de Nafarroa Bai en Pamplona. Además, la alcaldesa de la capital navarra, Yolanda Barcina (UPN), fue acosada por cinco jóvenes. La izquierda aberzale difundió un comunicado para defender su derecho a la protesta. Al cierre de esta edición seguían los disturbios.