El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, expresó su condena "total, rotunda y sin paliativos" al asesinato de Isaías Carrasco y apeló a los ciudadanos a dar mañana en las urnas una "lección democrática" a ETA y un "mandato" a las fuerzas políticas para que "se recupere una unidad sólida en la política antiterrorista y en torno a la gestión del Gobierno". En este sentido, el líder de IU llamó a una participación electoral "masiva", especialmente en Euskadi.

Llamazares consideró que de nuevo ETA ha irrumpido en una campaña electoral "de la única manera que conoce, mediante la violencia y el terror", y expresó su solidaridad con la familia de Carrasco, con los socialistas vascos y con el sindicato UGT.

El dirigente de IU se mostró convencido de que la "mejor respuesta tras las irrupción de ETA en la campaña es la normalidad y la seguridad democráticas, que están plasmadas en la aplicación del Estado de derecho frente a los terroristas sin ningún tipo de atajos con la aplicación de las leyes, los jueces y la política". Además, según el líder de IU, resulta "imprescindible recuperar y fortalecer la unidad de las fuerzas políticas democráticas frente al terrorismo". A su juicio, la aplicación del Estado de derecho y la unidad de las fuerzas políticas democráticas "conseguirán, sin lugar a dudas, el fin de ETA".

El atentado puso un punto y final precipitado a la campaña, dado que los partidos acordaron darla por acabada. La medida no gustó, sin embargo, a CiU. Los nacionalistas catalanes se sumaron al duelo, pero no como hubieran querido.

MARCAR LA AGENDA El candidato de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, no era partidario de suspender los actos previstos para el cierre de la campaña, porque considera que ETA no debe marcar la agenda de los partidos políticos. Pese a ello, CiU asumió la situación y modificó el acto que tenía previsto, aunque lo mantuvo. En lugar de mitin, hubo una concentración de condena al terrorismo, en la que participaron unas 3.000 personas. El acto duró menos de 20 minutos. Junto a Duran estuvieron el líder de CiU, Artur Mas, y Jordi Pujol. Los tres con un crespón negro. Duran reprochó a PSOE y PP que no le hubieran comunicado la decisión de suspender la campaña: "La hemos conocido por los medios de comunicación". El democristiano hizo una rotunda defensa del papel de los nacionalista catalanes en relación con la lucha antiterrorista. Subrayó que CiU nunca ha utilizado el terrorismo políticamente: "No todos pueden decirlo", agregó. La alusión parecía claramente destinada a socialistas y populares.

También ERC condenó el atentado y decidió suspender los actos de cierre de campaña "como muestra de rechazo". El líder del partido, Josep Lluís Carod-Rovira, rechazó el atentado "cobarde y miserable" y subrayó la "vía pacífica y democrática" para alcanzar "la plena soberanía".