En el día de ayer, varios dirigentes populares, políticos de otros partidos y analistas de todo signo y condición compartían una duda: si el "adiós" que la noche electoral dirigió Mariano Rajoy a la militancia desde el balcón de su sede era realmente un sinónimo de "hasta mañana" o de "hasta siempre". Ninguno de ellos podrá negar que el líder del PP apuesta (al menos, de momento) por dar emoción a la vida política: después de su enigmática despedida, el derrotado candidato optó por permanecer en silencio 24 horas.

Desde primera hora de la mañana de ayer, Rajoy estaba en su despacho, en la séptima planta del edificio de la madrileña calle Génova. Pero renunció a presidir el comité de dirección del PP, un órgano que se reúne todos los lunes bajo la batuta del secretario general del partido, Angel Acebes, salvo cuando hay una situación excepcional. Ayer la había. Aun así, Rajoy prefirió no dar la cara ante sus secretarios ejecutivos y sus portavoces. El que sí tuvo que darla ante los periodistas fue Acebes. Compareció a las 13.45 horas de la tarde y, en vez de despejar la dichosa incógnita, acrecentó las dudas. ¿Seguirá Rajoy al frente del PP?; ¿convocará el congreso del partido?; ¿cambiará de secretario general?; ¿se hará autocrítica en el partido? Fueron muchas las preguntas planteadas al número dos, pero hubo una sola respuesta: "Las preguntas que tengan que hacer a Rajoy, podrán hacérselas mañana por hoy. Comparecerá tras la reunión del comité ejecutivo", afirmó Acebes.

El enrocamiento de Acebes disparó las versiones internas. Y los nervios. Varios de los dirigentes populares consultados respondían así: "Mariano se tiene que ir". Otros recordaban que ya quiso dejarlo en el 2004. Pero todos coincidían en que, "si no ha zanjado el tema de inmediato, es que le ronda la idea de dimitir". E incidían en que la ecuación debe quedar resuelta hoy, "sin galleguismos ni aplazamientos".

LA OPINION DE LOS BARONES Y, mientras el líder del PP se resguardaba en su oficina, algunos de sus barones territoriales empezaban a mover ficha y a dar pistas sobre su criterio. Francisco Camps, presidente de la Comunidad Valenciana y de una de las organizaciones territoriales más fuertes del partido, reunía a su ejecutiva y era el primero en apoyar a Rajoy: "Considero necesario que se quede y que se consolide a lo largo de estos años el liderazgo de una persona muy querida en toda España, por toda la militancia, por mí y por todo el PP valenciano".

Las otras dos autonomías donde los conservadores recolectaron más apoyos --y que, por tanto, tendrán más que decir en el próximo congreso-- fueron Murcia y Madrid. El presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, eludió pronunciarse sobre una decisión que, alegó, debe tomar el propio Rajoy. "De lo que se trata es de mirar hacia delante", añadió el dirigente murciano.

Por parte del PP madrileño se pronunció su secretario general, Francisco Granados, quien admitió que el resultado evidencia que hay que "tomar medidas", especialmente en Cataluña y País Vasco. La presidenta, Esperanza Aguirre, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, guardaron silencio. Aunque este, según indica su entorno, hablará el jueves.

Alberto Núñez Feijoo, delfín gallego de Rajoy, avisaba de que sería muy difícil "improvisar" un líder; el andaluz Javier Arenas sostenía que el presidente del PP ha afianzado su liderazgo "con todas sus consecuencias", mientras que la responsable del PP manchego, Dolores Cospedal, abogaba por la continuidad, como el catalán Daniel Sirera.

¿MANTIENE SU PALABRA? Más allá de las declaraciones oficiales, el partido está a la espera de confirmar si Rajoy mantiene lo dicho a lo largo de la legislatura. Esto es, que se quedaría al frente del PP fuese cual fuese el resultado de las elecciones. Esperan que hoy haya una solución sobre la mesa y la convocatoria de un congreso (pospuesto desde octubre del 2007) que, entre otras cosas, conlleve la sustitución de los segundos espadas de Rajoy. Al mismo tiempo, algunos aspirantes a la sucesión ya preparan un discurso para justificar que, como son "tiempos distintos a los de Antonio Hernández Mancha", se puede ser candidato aunque no se tenga escaño en el Congreso. Por si acaso.