El PSOE rebosa euforia tras el último debate televisado de José Luis Rodríguez Zapatero con Mariano Rajoy. El presidente visionó el cara a cara la misma noche del debate al llegar a la Moncloa y manifestó su "sorpresa" de que el líder del PP hubiera incidido tanto en la guerra de Irak. "Nuestros objetivos de campaña se han cumplido. Hemos acertado plenamente", proclamó ayer a la prensa el secretario de organización del partido, José Blanco. A su juicio, los dos debates entre los candidatos y el previo entre Pedro Solbes y Manuel Pizarro han clarificado las diferencias entre socialistas y conservadores. Dijo que todos los indicios apuntan a la victoria del PSOE, pero añadió que aún queda trabajo para convertir en "voto decidido" el "deseo muy mayoritario" de que gane el PSOE.

Avanzó Blanco que, en los días que restan de campaña, el partido apelará a los votantes de izquierda o nacionalistas que, por encima de sus inclinaciones ideológicas, prefieran asegurar la victoria del PSOE en una contienda muy polarizada. En paralelo, se buscará el voto de los indecisos partidarios de un Gobierno que garantice la "vertebración territorial" y los "derechos de las mayorías".

"LECCION" Ya inmerso de nuevo en la campaña, Zapatero se reunió ayer con estudiantes de la Universidad Carlos III de Madrid, y apeló a su voto para "darle una lección" al PP con una participación más amplia que en el 2004. Para ello, recurrió a la guerra de Irak y, de modo implícito, a la gestión del anterior Ejecutivo en el 11-M. También recuperó el ya mítico "No os fallaré" que pronunció tras la victoria del 14 de marzo.

Por la noche, en Ciudad Real, aseguró que Rajoy llegó "al límite de lo inconcebible" en el debate al acusarle de apoyar la guerra de Irak. "Estoy orgulloso de haber atendido la voluntad del pueblo y salido de esa guerra", dijo.