Con la tarjeta de presentación del "sentido común" y la "fiabilidad", el presidente del PP, Mariano Rajoy, se ofreció ayer, aunque sin nombrarla, a CiU para futuros y, con toda probabilidad, necesarios pactos de gobierno. "Sabemos pactar y lo que decimos, lo cumplimos", dijo Rajoy en Barcelona en el mitin de apoyo al candidato Alberto Fernández Díaz.

Sabedor de que el recurso de inconstitucionalidad contra el Estatuto catalán presentado por el PP ha enturbiado las relaciones con los nacionalistas, Rajoy se entregó por completo. No en vano está en juego, a largo plazo, quizá el próximo gobierno del Estado. "Sabemos contribuir a la gobernabilidad, lo hemos demostrado en los últimos ocho años en Cataluña votando los presupuestos porque nunca hemos boicoteado las instituciones", dijo para volver a insistir: "Pactaremos con cualquier fuerza política sin renunciar a nuestros principios". En un pabellón lleno pero sin apretones, Rajoy abordó ante sus 1.200 seguidores la espinosa cuestión de la inmigración, uno de los ejes programáticos del PP.

"Soy gallego y estoy a favor de la inmigración", dijo a modo de introducción antes de profundizar: "Pero la quiero ordenada porque no caben todos". Rajoy anunció entonces que, si gobierna, suprimirá por ley las regularizaciones masivas de inmigrantes. "No existen en ningún país porque es disparatado", zanjó.

Consciente de que estaba en Barcelona para apoyar al alcaldable, el líder del PP dijo que el cambio en la ciudad "es posible y hace falta tras 28 años de gobierno de izquierda".

PRESENCIA DE BATASUNA Y de nuevo, el líder del PP volvió a sus lides contra Zapatero al que, al final, acabó nombrando tras eludir su nombre en varias ocasiones. Rajoy arremetió contra el presidente del Gobierno por las listas electorales con supuesta presencia de Batasuna. "Si Zapatero quiere que Batasuna esté en estas elecciones que tenga la gallardía de decirlo", dijo Rajoy para, a renglón seguido, añadir: "Lo que no puede hacer es decir que aplica escrupulosamente la ley de partidos porque eso es engañar a la gente". Rajoy pidió al presidente "que diga la verdad".

Rajoy no perdió la oportunidad de incidir en la seguridad, otro de los ejes de campaña junto con la inmigración. Recibieron los okupas y, con ellos, los "demagogos" que les defienden como adalides de una "forma alternativa de vida".

"Si hay alguien que cree que esto de los okupas es una forma alternativa de vida, que los meta en su casa", dijo Rajoy, fuertemente jaleado en ese momento por el público, para, inmediatamente, demandar "seriedad" a los políticos que están en el Gobierno. Con esta referencia a los okupas, el presidente del PP echaba un cable a Alberto Fernández, en su cruzada contra el colectivo en la ciudad.