Mariano Rajoy se autoproclamó ayer el "único" candidato a la presidencia que aspira a un gobierno estable para España y pidió el voto para que la gente pueda seguir "pagando la hipoteca, teniendo sus servicios y viviendo con seguridad". Por contra, presentó al PSOE como un partido "débil", que "traga con todas las exigencias" de aquellos con los que pacta y que representa un "riesgo" para la economía.

El popular lanzó ayer este mensaje central en el mitin de Las Palmas, coincidiendo con la publicación de tres encuestas en sendos medios de comunicación que dejan al PP por debajo de la mayoría absoluta. Rajoy volvió a pedir la movilización de los votantes, pero esta vez no apeló a los socialistas desencantados con los pactos con ERC, como hizo el viernes en Salamanca.

Se dirigió de forma "especial" a los jóvenes y a las mujeres para que le otorguen su confianza, consciente de que esos dos segmentos encierran un filón de votantes indecisos. Ofreció un Gobierno estable y comprometido.

En un discurso de tan sólo 18 minutos --el más breve en nueve días de campaña--, Rajoy manifestó ante unos 5.000 seguidores que el PSOE es un partido "sin experiencia ni preparación", y vinculó a José Luis Rodríguez Zapatero con los años más oscuros del mandato socialista. "Habla de lo que hiciste en el Congreso durante aquella época que a lo mejor muchos españoles ya no recuerdan: la del paro, el despilfarro y la corrupción", espetó.

Mientras, en Madrid, el vicepresidente y número dos del PP, Rodrigo Rato, sufrió un intento de boicot por parte del actor Leo Bassi y de varias decenas de sus seguidores en un acto.