La política de las pequeñas cosas". Este fue el punto de partida desde el que Guillermo Fernández Vara debutó ayer en la campaña electoral como candidato socialista a la Presidencia de la Junta de Extremadura. Reconociendo que no es un "tío cañero", Vara arrancó ayer en Plasencia haciendo hincapié en los asuntos que interesan a los ciudadanos como base para llevar a cabo "la segunda transformación de Extremadura".

El candidato del PSOE dejó claro ayer que no le importa lo que digan políticos ni periodistas, sino lo que diga la gente. Así, inició su intervención recordando alguna de sus conversaciones con los extremeños en sus recientes visitas a los diferentes municipios de la región. Su intención, dijo, es aunar "la política de las pequeñas cosas con las grandes infraestructuras", invitando a los ciudadanos a imaginar "qué región nos gustaría tener en el 2025, pero sin esperar a entonces para tenerla".

En este sentido, anunció su intención de iniciar "la segunda transformación de la región", con un objetivo: "que cuando dejemos de tener las ayudas europeas, no las necesitamos". Por ello, recordó cuál será su prioridad absoluta --"porque es lo que más preocupa a la gente"--si gana las próximas elecciones: "alcanzar los 500.000 empleos", entre otras propuestas.

Además, Vara adelantó cuál pretende que sea el tono de su campaña y de su gobierno, si los extremeños se lo conceden: una postura tranquila y alejada de toda crispación política. "No quiero que me votéis porque los otros son malos, quiero que me votéis porque nosotros somos muy buenos".