La tranquilidad fue la tónica dominante ayer en el mitin del PSOE en Villafranca de los Barros, considerada desde hace tiempo el epicentro del movimiento en contra de la refinería que el Grupo Gallardo pretende construir en la zona. Solo dos pancartas colgadas en un balcón de la plaza donde se desarrolló el evento recordaban dicha oposición, cuyos principales impulsores --los miembros de la Plataforma Refinería No-- celebraban a la misma hora un acto público en un colegio en otra zona del municipio.

Pero como sin duda ocurrió en aquel, la refinería fue también el tema central del acontecimiento socialista, en la jornada más calurosa de esta campaña, que ayer sobrepasó su ecuador. Sin signos visibles de cansancio, aunque quizá con menos peso, el candidato del PSOE a la Junta, Fernández Vara, apostó por el desarrollo industrial "equilibrado" para que la región dependa solo de sí misma en el 2013, cuando se acaben las ayudas europeas.

Con este fin y "por los jóvenes", Vara justificó su apoyo a los "proyectos industriales que defendemos", en alusión, aunque sin citarla directamente, a la refinería. Además, recordó que el PSOE no solo tiene un proyecto industrial, sino también muchos otros destinados a generar energías renovables, como las plantas de biodiésel. Por ello, abogó por lograr el equilibrio entre el desarrollo industrial y el conservacionismo, "porque con 13.000 kilómetros de espacios protegidos nadie puede darnos una lección de ecologismo".

Por su parte y a pesar de su afonía, Joan Clos, ministro de Industria, estuvo ayer en Villafranca, en primer lugar, por la amistad que le une, dijo, a Ropero y Vara. Inicialmente, Clos hizo un breve repaso autobiográfico que le llevó a 1977, cuando era director de un hospital y cuando, destacó, la refinería de Tarragona "ya estaba construida". Al respecto, indicó que "nunca ha causado problemas de salud" y que tiene otra industria (una petroquímica) al lado.

Clos se centró en convencer a los villafranqueses de la necesidad de acometer la industrialización de Extremadura, concediendo a Ropero el apoyo para la refinería que este previamente le había solicitado. De hecho, Clos consideró ese apoyo como "una obligación" para acabar con la discriminación histórica de Extremadura, aparte de señalar que quienes afirman que la refinería acabarán con el turismo o la agricultura "tienen mucha cara", ya que él, con conocimiento de la experiencia de Tarragona, sabe que no es así. "No es coña", declaró con el mismo tono cordial con que pidió a los asistentes que voten por el futuro de Vilafranca , con acento catalán.

El candidato a repetir al frente de la Alcaldía de Villafranca, Ramón Ropero, animó al público --completamente entregado durante toda su intervención que, quizá por ello, se extendió excesivamente-- a "no dejarse callar" y seguir defendiendo los intereses de Extremadura. Según argumentó, dicha misión pasa por apoyar la refinería, por lo que aseguró que "llega la hora de los que habéis estado callados, es hora de decir basta". En cuanto a este proyecto, aseguró que, si cumple la ley, "le concederé la licencia como a cualquier negocio".

Ropero recordó que él no ha insultado ni agredido a nadie, sino que han sido "los del PP y los de la Plataforma Refinería No" quienes lo han hecho. Además, recordó que el presidente popular, Carlos Floriano, estaba a favor del proyecto de Gallardo en el 2002, lo que, en su opinión, le resta toda credibilidad. Por ello, vaticinó que va a protagonizar el "mayor batacazo de la historia del PP", así como la candidata popular en Villafranca, Teresa Tortonda, a la que se refirió como la "señora cabreada".