Ni nos invaden, ni son una amenaza ni provocan inseguridad. José Luis Rodríguez Zapatero advirtió ayer sobre las declaraciones xenófobas de los políticos en su mitin en Gran Canaria, una de las islas a cuyas costas llegan cayucos con subsaharianos. Ese asunto, la inmigración, y también la corrupción --con una hemeroteca amplia en Canarias-- centraron el acto que protagonizaron Zapatero y el exministro López Aguilar, candidato a la presidencia canaria.

El jefe del Ejecutivo pidió a los ciudadanos que castiguen en las urnas a los partidos que tienen discursos que "rayan la xenofobia" e insistió en que los inmigrantes son "bien recibidos" en España, aunque, añadió, deben "llegar con empleo". Zapatero aprovechó para recordar la regularización masiva que ordenó al llegar a la Moncloa, muy criticada entonces por el PP, que ahora ve cómo EEUU, Alemania y Holanda se han sumergido en procesos similares. También agradeció la "gran sensibilidad" de los ciudadanos canarios ante este desafío social, en especial el de la Guardia Civil y los voluntarios que les atienden en las playas.

La advertencia del presidente del Gobierno suponía un toque de atención a Coalición Canaria, cuyo aspirante a la presidencia, Paulino Rivero, calificó hace poco de "invasión" este fenómeno social, y también al PP y CiU, formaciones que han utilizado un lenguaje cómplice con la xenofobia, según el PSOE y también otros partidos de izquierda. Los populares incluso lo han dejado para la posteridad grabado en el vídeo que presentó el candidato a la alcaldía de un pueblo cercano a Barcelona.

"EN LA LEY Y PARA LA LEY" El acto electoral se celebró en un polideportivo lleno con 5.000 personas que dieron la bienvenida a los dirigentes socialistas con gritos de "presidente, presidente". Servía para los dos. Según algunas encuestas, López Aguilar tiene al alcance de su mano el sillón de la comunidad, un sillón que ahora parece tener ganas de ocupar, pese a que aún no se ha borrado de la memoria los días en los que se agarraba al del Ministerio de Justicia.

Pero esas ganas de presidir la comunidad, dijo él mismo, no se deben a su ansia de enriquecerse. "Estoy aquí para servir, no para servirme", fue una de las múltiples frases que pronunció en referencia a los escándalos urbanísticos, entre ellos la imputación del presidente autonómico, Adán Martín. En este sentido, Zapatero declaró que López Aguilar es una garantía de transparencia "en la ley y para la ley".