El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quiso ayer dar una lección de patriotismo en Cáceres a quienes "gritan España, pero no saben lo que cuesta". Con un público absolutamente volcado con los líderes socialistas y en el mitin socialista más espectacular de esta campaña en Extremadura, Zapatero abogó por "hacer España" a través de la búsqueda del equilibrio y la igualdad, "siguiendo la estela de Juan Carlos", matizó.

Y es que más allá de la petición del voto socialista y del apoyo a Guillermo Fernández Vara en su carrera hacia la Presidencia de la Junta, el evento de ayer se convirtió en todo un homenaje para el presidente saliente , Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Así ocurrió durante la intervención del jefe del Ejecutivo, quien, aparte de halagar la labor del actual presidente extremeño, afirmó que este nunca se irá, porque "estará siempre en el corazón de los extremeños".

Con la comodidad que proporciona el apoyo incondicional del público, e incluso algún piropo, Zapatero describió el modelo de desarrollo socialista, centrado en "hacer España" --como repitió en varias ocasiones-- a partir de la búsqueda de la igualdad y de la defensa de los "humildes". En este sentido, destacó que nadie puede negar la evolución que ha experimentado la región: "Gracias a que Extremadura puede, España también es más justa", sentenció, haciendo hincapié en el incremento de solidaridad en la comunidad y el país.

En oposición a este planteamiento del PSOE, Zapatero acusó a la derecha de transmitir únicamente pesimismo, así como de "querer meter miedo a los españoles" para volver al poder. Sin entrar en más detalles y pese a que incluso un espontáneo le había pedido que "metiera caña a Rajoy" --a lo que respondió que "quien tiene ideas no necesita insultar ni descalificar"--, Zapatero aseguró que "los dirigentes del PP son el rostro del pasado". Evitando de este modo el tema espinoso de la campaña, el terrorimo, el líder socialista concluyó pidiendo el voto "porque a la gente le gusta que haya gente en el poder que diga la verdad".

MENSAJE EXTREMEÑO Justo antes de esta intervención el candidato del PSOE extremeño a la Junta, Guillermo Fernández Vara, pese a la cierta pérdida de protagonismo que sufrió como consecuencia de la continúa exaltación de la figura de Ibarra, hizo gala de la felicidad que sentía por la presencia de Zapatero, a quien calificó como el "líder de la revolución social", así como del orgullo que le proporciona "tomarle el testigo" al actual presidente extremeño.

Desafortunadamente, por primera vez en estos once días de campaña, la voz falló al candidato socialista, cuyo discurso también tuvo que reducirse como consecuencia de la extensión del de Ibarra. Sin embargo, Vara tuvo tiempo para recordar cuáles son algunos de sus principales ejes electorales --trabajar por el futuro, generar riqueza para lograr igualdad, los jóvenes--, así como para emocionarse al pedir el voto de los asistentes al mitin, que en su mayoría se pusieron en pie cuando este les dijo "que les necesitaba más que nunca".

En cambio, el actual presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, contó con todo su vozarrón para enardecer a los asistentes al mitin, sobre todo cuando ironizó sobre las declaraciones de los dirigentes populares. Así, que "cuando Aznar dice que Zapatero está llevando a España a los prolegómenos de la Guerra Civil", solo demuestra "hasta dónde puede llegar quien no sabe aceptar una derrota. Ante este tipo de sentencias no es difícil comprender por qué aconseja a Vara que sea él mismo para que no le comparen con nadie, algo que, afirmó, " a mí nunca me ha pasado".

Un furor que ya había tomado el pabellón desde antes que comenzara el acto, cuando el público incluso se animó a hacer la ola. Este fue el ambiente que aprovechó el líder de la coalición Prex-Crex, Estanislao Martín, para pedir el voto para Vara, como "Ibarra quiere". El mismo ambiente que recibió a la candidata a la Alcaldía de Cáceres, Carmen Heras, quien no solo tuvo que hacer frente a la responsabilidad de dirigirse a tan numeroso auditorio, sino también a la afonía, lo que no le impidió pedir el apoyo de los cacereños porque "estamos en un momento crucial para cambiar el rumbo que lleva esta ciudad".