El Gobierno del PSOE será monocolor. No habrá ministros de IU ni de ERC ni de CiU en el Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero. Ese es el compromiso que el líder del PSOE reveló ayer en una charla informal con los periodistas de la caravana electoral en el autobús que le llevó de Madrid al mitin de Valladolid.

Zapatero se mostró convencido de su victoria. Tanto que auguró un resultado que le permita ir a la investidura respetando su compromiso de no hacerlo si obtiene menos votos que Mariano Rajoy. Y aún más: sin recabar el apoyo explícito del resto de grupos de izquierda. A ellos dejará la decisión de apoyarle u optar por la abstención, avanzó.

OPTIMISMO Visiblemente optimista a pesar de los augurios de las encuestas, Zapatero apostó por una mayoría minoritaria, en torno a los 170 diputados. Para lograrlo, es imprescindible el voto de los jóvenes. De ahí su insistencia en dirigir a ellos sus principales mensajes en esta campaña. Los vuelcos electorales, como el que protagonizó el PSOE en 1982, sólo pueden producirse con el apoyo de los jóvenes, analizó. Y reveló que de los dos millones que pueden acudir a las urnas por primera vez el 14 de marzo, el 68% ya se pronuncia a favor del cambio. "La abstención es resignación", aleccionó por si acaso el líder socialista.

LOS VOTOS El resto hasta completar la mayoría que pretende provendrá de los que ya apoyaron al PSOE en el 2000 (cuya fidelidad elogió), de un buen puñado de abstencionistas y de los votantes del PP desencantados, según su análisis.

A los que se acerquen al PSOE sin ser socialistas, les tranquiliza de antemano prometiendo que mantendrá lo que el PP ha hecho bien, porque el suyo no será un "Gobierno de enmienda a la totalidad a la etapa de José María Aznar", sino el que ejecutará el "cambio tranquilo". En lo que resta de campaña, Zapatero se centrará en convencer de que está listo para gobernar --"tengo el valor suficiente para dirigir el destino de los españoles", sentenció-- y de que él encarna los valores del centro-izquierda: "Rajoy es de derechas", insistió.

Si logra su objetivo la próxima semana, convocará el pacto antiterrorista, para el que augura una recuperación del consenso tras la tensión de la campaña. Lo hará desde la presidencia del Gobierno y, como tal, asistirá a las reuniones del pacto, algo que Aznar nunca ha hecho, recordó. Zapatero pretende visualizar así que su máxima preocupación como presidente será acabar con ETA, uno de los problemas que más inquietan a la sociedad.

Otro cambio que prevé instaurar si preside el Gobierno concierne al Rey. Zapatero avanzó que Juan Carlos recuperará un papel protagonista en la proyección exterior de España.