No hay manera. Ya puede José María Aznar acusarle de conducir a los españoles a una nueva guerra civil y Mariano Rajoy apoyar la otra perla de su presidente honorífico --que votar PSOE es apoyar a ETA--, que José Luis Rodríguez Zapatero casi ni se inmuta. Ni una mala pulla que llevarse al titular. Y no será por falta de ganas del respetable, bien calentito tras la encendida intervención de Juan Alberto Belloch, que derrochó reproches al PP. Zapatero obligó a los 11.000 zaragozanos que abarrotaban la plaza de toros a rebuscar en sus frases para descifrar las réplicas a los ataques del PP. Lo que dejó claro es que la respuesta más eficaz es una holgada victoria del PSOE el domingo.

Más que un mitin fue un avance de la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Y es que Zapatero sostiene que "se sirve a la democracia sabiendo aguantar los insultos". Esta filosofía le llevó a reprochar a Aznar la "ofensa" que ha infligido a "millones de españoles" al decir que la mitad de ellos no soporta al otro 50% y tachar al PSOE de cómplice de ETA. "Señor Aznar --dijo solemne--, la inmensa mayoría de los españoles vivimos muy a gusto conviviendo juntos; y juntos seguiremos luchando por ver el fin de la violencia".

Tras ese ataque al contrincante, recomendó una "respuesta democrática" a los ofendidos que quieran poner al PP en su sitio: "Votar masivamente por la convivencia y contra la crispación". La misma, dijo, que dieron los votantes en el 2004, cuando pusieron freno a la "prepotencia y el ordeno y mando" y mandaron al PP de la mayoría absoluta a la oposición.

Tras la lección de comportamiento, el repaso a los "avances" que están en el origen de la crispación del PP. Dice Zapatero que los de Rajoy solo cargan contra la política antiterrorista porque no pueden discutir que cada día de gobierno del PSOE crece la riqueza nacional en 170 millones de euros, se crean 2.000 puestos de trabajo y pesa más la hucha de la Seguridad Social.

En el mitin más masivo de la campaña electoral, que hoy le llevará a Barcelona, el jefe del Gobierno aseguró que el futuro "se va a construir con los que quieren convivencia y tolerancia", no con los que "crispan y faltan al respeto". Al líder de estos últimos le dedicó unas pinceladas de ironía por sus últimas propuestas para cuando se vote presidente del Gobierno. A la idea de Rajoy de conectar por AVE las capitales de provincia a 350 km/h, le recordó que en su etapa de Gobierno el que finaliza en Zaragoza no logró superar los 200 por hora. "Es ahora cuando va a 300", remató. De la promesa de crear una Agencia para la Inmigración se mofó al recordar que "ya está creada". "Hay que informarse un poquito", se permitió. Y concluyó que "la derecha llega siempre 15 o 20 años tarde a todo" y eso no casa con un país "que quiere futuro, convivencia y cohesión social".

Belloch, alcalde de Zaragoza y exministro del Interior, rememoró que ya por 1995 Aznar se jactaba de que no se detendría ante nada para expulsar al PSOE. "La infamia queda y yo ni olvido ni perdono", sentenció.