Mi Gobierno unirá a todos contra ETA y no cuestionará el coraje ni la entrega de nadie para acabar con el terrorismo". Es la esencia de la idea que José Luis Rodríguez Zapatero tiene de cómo debe hacerse la lucha antiterrorista en España. Ayer, en Pamplona, donde recordó lo difícil que es "defender las ideas socialistas y vivir amenazado", prometió que, si gana el 14 de marzo, su Gobierno convocará a "todos" contra el terrorismo, en lugar de "enredar como hace el PP".

El líder del PSOE se debatió ayer entre su empeño por mantener la lucha antiterrorista fuera de la pugna electoral y las ganas de responder a Mariano Rajoy y la corte de dirigentes del PP y del Gobierno que han aprovechado el atentado frustrado de ETA para reprochar a los socialistas su pacto en Cataluña con ERC, cuyo líder se entrevistó con la cúpula etarra. Y acabó optando por hacer las dos cosas. Primero anunció que no discutirá "nada sobre política antiterrorista" con Rajoy, a pesar de sus emplazamientos a hacerlo, porque su único empeño es "acabar con ETA". Pero a renglón seguido aleccionó a su rival político sobre la esencia del pacto antiterrorista que firmaron PP y PSOE a propuesta de Zapatero.

Recordó que el acuerdo se sustenta sobre dos principios: unir a todos los demócratas contra ETA y no usar la lucha antiterrorista en la contienda electoral. Zapatero acusó a Rajoy de "no tener ideas claras", porque cuando le propuso firmar el pacto "dudó en reconocer su bondad". Después "lo dio por roto" cuando trascendió el comunicado de tregua catalana de ETA, "y ahora quiere ampliarlo".

"NERVIOS" POPULARES Estos vaivenes, según el líder del PSOE, responden a los "nervios" del PP por el avance del PSOE. Y explicó a los 2.500 navarros que le escuchaban en El Baluarte que "mientras más explicaciones pide el PP al PSOE por cuestiones antiterroristas más demuestra Rajoy que lo está pasando mal electoralmente". Y remachó: "¡Qué sería de Rajoy en esta campaña sin Carod-Rovira!".

Horas antes, en Barcelona, Zapatero defendió la separación entre el poder político y el económico como "un principio esencial" en la actuación de un eventual Gobierno socialista. Acompañado por el cabeza de lista del PSC por Barcelona, José Montilla, y el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, Zapatero se comprometió a que el Tribunal de Defensa de la Competencia sea "plenamente independiente" y a que el Ejecutivo no interfiera en los procesos de fusiones de empresas o en las privatizaciones.