Con toda la solemnidad que requería tan esperada ocasión, José Luis Rodríguez Zapatero habló ayer por fin de la política antiterrorista. Eligió Vitoria para romper un silencio que le viene afeando a diario Mariano Rajoy. Lo hizo ante un puñado de candidatos del PSE y, por primera vez en campaña, vestido con traje oscuro y corbata. Mientras cunde el temor a una sangrienta reaparición de ETA --incluso antes del 27 de mayo-- a raíz de la exclusión de Batasuna de las urnas, el presidente advirtió de que la perspectiva es "difícil", y por eso exigió el "respaldo" y la "lealtad" del PP para afrontar el desafío terrorista.

No hay que indagar demasiado para percibir la tensión de los cargos del PSE ante la posibilidad de que la banda atente de nuevo. Señales no faltan tras los últimos intentos de boicot a mítines socialistas y los actos de coacción contra aspirantes a concejales. Ayer mismo, un grupo de radicales recibió a Zapatero con gritos de "PSOE, fascista; Estado, terrorista".

El jefe del Ejecutivo, empeñado en que ETA no monopolice una campaña electoral que deben protagonizar los alcaldes y presidentes autonómicos, lleva una semana resistiendo la presión del PP y negándose a hablar de política antiterrorista. En principio, ni siquiera tenía previsto pasar por Euskadi. Pero, a pocos días del inicio de campaña, la presión del PSE logró que incluyera una escala en Vitoria entre Logroño y Santander.

LAS LISTAS DE ANV El acto fue por la mañana y en día laborable, lo que impedía un mitin multitudinario. Un auditorio recogido brindó la solemnidad que Zapatero quería dar a un asunto tan delicado. Explicó a los socialistas vascos que les eligió para lanzar el único discurso sobre ETA que pronunciará en campaña como premio a la "valentía" que demuestran al seguir en política pese al acoso del PP y al miedo a ETA.

Zapatero defendió la actuación de su Gobierno en el reciente proceso de impugnación de las listas que escondían a Batasuna, incluidas 133 de Acción Nacionalista Vasca (ANV). Dijo haber aplicado la ley de partidos como debe hacerse en democracia, "en sus justos términos, no menos de lo que exige, ni más de lo que establece". Por eso, y por su trayectoria de apoyo al Gobierno de José María Aznar ante ETA, dijo estar legitimado no ya para pedir, sino para exigir el apoyo del PP. "Exijo a la oposición democrática, al PP, que vuelva a la unidad y la lealtad, que apoye al Gobierno en la lucha antiterrorista y a trabajar por el fin de la violencia".

Pese a lo caldeado del ambiente, con el PP acusándole de permisividad con Batasuna y los de Arnaldo Otegi clamando contra la censura a sus listas, Zapatero proclamó que la búsqueda de la paz continúa siendo su "primer deber" como presidente.