Es el momento de proyectar una imagen de unión, de no cuestionar el resultado de las listas, de aunar fuerzas para pescar votantes. Hay un 40% de indecisos y mucho en juego. Todos a una para aupar al líder nacional, al que toca en este momento. Pueblos y ciudades de la región amanecieron empapelados con los rostros de quienes aspiran a mandar en España; los políticos extremeños protagonizaron la noche del jueves al viernes la tradicional pegada de carteles. Con sus lemas, sus consignas, su simbología.

La campaña electoral ya va a velocidad de vértigo. Objetivo: lanzar la crítica más aguda contra el que se considera, estratégicamente, enemigo (o adversario, como prefieren llamarlo los propios políticos).

«Es la campaña más decisiva de toda la democracia, donde los españoles y extremeños se juegan no solo tener un Gobierno progresista y de izquierdas; nos jugamos volver a una España que ya creíamos superada donde vienen fuerzas que cuestionan consensos básicos como el Estado de las autonomías o la igualdad entre hombres y mujeres», fue el manifiesto del presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, en referencia a Vox y al PP, durante el acto de apertura oficial de la carrera electoral. Los socialistas quisieron concentrar fuerzas en Mérida. Allí Fernández Vara, escoba en mano, colocó carteles de Pedro Sánchez. Ya son del mismo equipo. Sin matices.

Vara añadió: «La mejor manera de defender España es uniéndola». «Solo el PSOE -continuó- sabe hacia dónde quiere llevar a nuestro país y qué quiere para nuestros hijos». Y aseguró que la victoria de su partido a nivel nacional supondría «consolidar a Extremadura como referente de las energías limpias». Una cuestión fundamental en la región cuando llegue el cierre, a largo plazo, de la central nuclear de Almaraz.

Con acento extremeño

Los populares extremeños decidieron repartirse por distintos puntos de la comunidad para dar el pistoletazo de salida. El presidente del PP regional, José Antonio Monago, estuvo en Badajoz. Ayer, desde Trujillo, envió un mensaje claro: en esta campaña se hablará «con acento extremeño». «Y no con un argumentario que nos manden de Madrid, insustancial y anodino». ¿Se cumplirá?

En Cáceres, a la pegada de carteles asistió, entro otros, Carlos Floriano, ahora candidato al Senado por su provincia. La noche del jueves al viernes dejó una imagen curiosa: el propio Floriano fijando las imágenes de su jefe, Pablo Casado, y del hasta ahora alcalde de Trujillo, Alberto Casero, quien irá de número uno al Congreso por Cáceres, un puesto que Floriano tuvo muchas posibilidades de ocupar (hasta que se impuso el criterio de Madrid).

Ciudadanos prefirió dividirse entre Badajoz y Cáceres. En la capital pacense estuvo la aspirante al Congreso por esta provincia, María José Calderón, acompañada del candidato a la Junta, Cayetano Polo. Calderón expresó: «Traemos el mejor proyecto debajo del brazo, el que devolverá a los españoles la convivencia y la igualdad». También aseguró que, con ellos, «la humillación a Extremadura se va a acabar».

Polo, por su parte, subrayó: «España y Extremadura necesitan que Albert Rivera sea presidente. Y Rivera ya ha tendido la mano a Pablo Casado para que de una vez por todas se levante del sillón y empiece a trabajar y diga si quiere o no quiere coger esa mano».

En Cáceres la protagonista fue María Victoria Domínguez, en las pasadas elecciones autonómicas la aspirante regional. pero ahora su destino, si logra los votos suficientes, será Madrid. Su discurso fue contra Pedro Sánchez: «Un dirigente que ha sido capaz de hacer un pacto de investidura con los separatistas, con los nacionalistas, con los que acaban de dar un golpe de Estado en el Parlamento de Cataluña, no puede seguir gobernando un país».

«Por nuestros padres»

«Quienes hemos visto a nuestros padres migrar, no queremos que a nuestros hijos les pase lo mismo, así que esta pelea es por nuestros padres y madres y también por nuestros hijos, porque queremos quedarnos a vivir en Extremadura». Fue el argumentario de arranque de campaña de Unidas Podemos, en boca de Álvaro Jaén, el candidato al Congreso por la provincia cacereña. El punto de encuentro de la formación morada, Mérida.

Siguió Jaén: «Tenemos que sacudirnos la resignación, porque si no nos quitamos de encima esa receta siempre seguirán ganando los mismos».

Y quiso acordarse del movimiento de los pensionistas: «Durante todo el invierno, lloviendo, con frío, han estado luchando por su pensión, y consiguen avances». «Al final -dijo- si la gente se mueve y sale a pelear por lo que es suyo, los cambios son posibles».

El partido morado sigue viendo al PSOE extremeño como su principal adversario.

Por su parte, Vox, cuyos principales integrantes también se concentraron en Mérida, participó en la pegada de carteles con una apuesta clara: la fuerza del ¡Viva España! y la bandera. De hecho, tanto la consigna como el símbolo estuvieron muy presentes en la capital extremeña en la señalada noche del jueves al viernes.