No está en mis planes un acuerdo con Ciudadanos». Al final, Pedro Sánchez lo confirmó ayer en el debate a cuatro de Atresmedia después de ser cuestionado nuevamente por Pablo Iglesias. El candidato socialista volvió a chocar con Albert Rivera, quien aprovechó la ocasión para atacar nuevamente a PP y PSOE sabedor de que se presenta a las elecciones virgen y sin el peso específico de haber gobernado. El candidato de Ciudadanos trató de adoptar la misma postura que el día anterior en TVE que tan buen rédito le reportó, pero esta vez su postura resultó acelerada, tanto que sus constantes interrupciones fueron afeadas por el resto de los intervinientes y en concreto por Pablo Iglesias que le llamó «impertinente y maleducado».

En general, el debate de ayer, moderado por Vicente Vallés y Ana Pastor, fue una segunda vuelta del de el día anterior, si bien los candidatos trataron de arreglar los errores del primer día. Así, Pablo Casado sí atacó esta vez a Rivera dejando en cuestión su posición liberal cuando hace solo unos meses se autodefinían como socialdemócratas y Pedro Sánchez no tuvo empaque de atacar por igual a Rivera y a Casado llegando a decir en una discusión entre ambos que los dos estaban protagonizando «las primarias de la derecha».

El candidato del PSOE denunció que en Andalucía se están realizando listas negras y que la Junta reclama que se den los nombres de quienes trabajan en la lucha contra la violencia machista. De ello acusó a Vox por proponerlo, al PP por ejecutarlo y a Ciudadanos por ser cómplice. Sánchez situó en el foco de sus ataques a Rivera diciéndole que éste no es de centro, sino «azul pero muy azul, oscuro». Además, después de que Rivera le hiciera entrega de su tesis doctoral encuadernada para que se la leyera, este le respondió haciéndole entrega del libro de Abascal y Sánchez-Dragó.

PODEMOS // El más moderado, esta vez, fue Pablo Iglesias. El líder de Podemos llegó incluso a recriminar la actitud del resto de intervinientes cuando en el bloque sobre feminismo dijo: «en nombre del movimiento feminista no puede hablar ningún partido y menos los cuatro hombres que estamos aquí». Su contundencia en sus argumentos fue de lo más destacado, lo mismo que el respeto a los turnos de palabra. Iglesias recriminó el enfrentamiento del resto de candidatos diciendo en algunos momentos broncos que sentía vergüenza ajena de como se estaba desarrollando el debate. Su tono moderado chocó con el del resto, dejando a un lado los extremismos que otras veces ha protagonizado la formación morada.

El debate se agrió más con la violencia machista. Casado propuso la presión permanente revisable para acabar con la violencia de género. Iglesias, por su parte, propuso vivienda inmediata y un salario mínimo para cualquier mujer que denuncie violencia machista. Pero Rivera acusó a Sánchez de «dinamitar» el pacto de Estado contra la violencia machista y éste insistió con la denuncia de una lista negra que elabora la Junta de Andalucía con personal implicado en la lucha contra la violencia machista.

En el desarrollo del debate se visualizó de forma clara la posible coalición entre PP y Ciudadanos y la disposición de Podemos a entenderse con el PSOE. Rivera volvió a plantear un pacto constitucionalista con el PP pero sin citar a Vox a lo que Casado ni se refirió.

En el apartado de corrupción, Casado dijo: «siempre he sido firme con la transparencia. No como Sánchez. Ha de quedar claro que en España quien la hace la paga. Los partidos políticos no somos corruptos, pero tenemos que ser implacables». Iglesias, por su parte, propuso crear una gran unidad de policía, guardia civil y policías autonómicas que dependa solo de la autoridad judicial. Y Rivera sacó un rollo de papel que llegaba hasta el suelo con los casos de corrupción del PSOE y le preguntó a Sánchez si iba a dimitir si Chávez y Griñán eran condenados. El líder del PSOE no respondió a la pregunta y en vez de ello dijo: «en Valencia había un parque temático de la corrupción del PP».

Cataluña entró en el debate. Iglesias dijo: «Está claro que España era un país plurinacional. La propia constitución habla de regiones y nacionalidades. Podemos dar encajes a la realidad compleja de nuestro país a partir de formas democráticas. Defendemos que en Cataluña haya una consulta». «Hay algunos que se envuelven en la bandera de España a los que no les gusta España, que no es solo lo que se vio en la plaza de Colón. España es muy plural y tiene muchas identidades».

«Usted necesita sus votos. Usted quiere volver a Pedralbes», acusó Casado a Sánchez, al que «califica de peligro público para España por ser rehén de los que quieren destruir el país». Además, sostuvo: «El PP es el antídoto contra el independentismo».

Rivera, por su parte, volvió a sacar una foto enmarcada. En esta ocasión, trataba la imagen de Idoya Mendía, del PSE, con Otegi. Además, dijo que muchos socialistas se avergüenzan de Pedro Sánchez. «Con él, estaremos en manos de Torra y Puigdemont».

Sánchez insistió en que nunca ha pactado con los independentistas. «Me han acusado de todo. Hasta de tener las manos manchadas de sangre», dijo. «Nosotros no apostamos por el referéndum. Nosotros apostamos por el autogobierno. Las partes han de reconocerse». «No es no. No va a haber referéndum ni independencia», terminó.