El popular Amador Álvarez, alcalde de Carrascalejo (Cáceres) desde 1979, asegura que llegó a la política empujado por un grupo de amigos en la incipiente democracia y con la idea de que sería algo "circunstancial", pero suma ya 32 años en el cargo y aspira una vez más a la reelección.

Álvarez recuerda aquellas reuniones en su casa hasta las tres de la madrugada en la que le animaban a presentar una candidatura por UCD "y yo: ¡que no, que no, que no!". Ha pasado el tiempo y, en un pueblo que es "un gran familia", con cerca de 400 habitantes, es muy difícil "desligarse".

Cuando ha planteado la posibilidad de dejarlo, la respuesta es siempre: "Eres un egoísta".

Ante la pregunta de si el cambio no va con él, declara que él no es el "culpable", ya que se somete en las urnas a la opinión de los ciudadanos.

A su juicio, no hay que "estar por estar" en un cargo, sino para cumplir unos objetivos, y hace hincapié, frente a una clase política denostada, el sacrificio familiar que supone esta responsabilidad.

Alcalde por UCD, AP y PP y diputado nacional por este partido desde 1995, los medios tecnológicos de hoy en día le permiten compaginar ambos puestos.

Álvarez, de 66 años, que no cobra ni suelo ni dietas del ayuntamiento, por acuerdo de la corporación, comenta que comenzó manejando un presupuesto de 15 millones de pesetas y, 32 años después, se ha elevado hasta los 90 millones de pesetas

A lo largo de la democracia, con él al frente del ayuntamiento, se han invertido 1.360 millones de pesetas, "hemos reinventado el pueblo", subraya Álvarez, a quien le gusta usar la antigua moneda española.

Hace mes y medio abrieron una residencia de mayores con capacidad para 46 personas; de los primeros 14 trabajadores contratados, la mitad no son del pueblo porque prácticamente no hay paro, según el alcalde.

Con los servicios básicos cubiertos, su reto ahora es promocionar el turismo rural, ya que están a poco más de hora y media de Madrid, en un bonita zona paisajística junto a la Sierra de Altamira, con la Sierra de Gredos al fondo.

Para ello, deberá superar la prueba el 22-M. "Las elecciones son como los melones, pueden tener muy buen color y oler perfectamente, pero hay que esperar a abrirlos y a probarlos", advierte.

Álvarez ha sido alcalde esta legislatura por sólo 19 votos de diferencia respecto al PSOE, en un municipio en el que se obtiene concejal con unos 35 votos.

Después de una campaña electoral sencilla basada en el "boca a boca" y en reparto de sobres con las candidaturas, el alcalde apuesta también por su compañero José Antonio Monago como presidente de la Junta de Extremadura, ya que los socialistas, a su juicio, no ha resuelto los problemas de la región