¿De verdad se cumple la jornada de reflexión existiendo las redes sociales y, sobre todo, el Whatsapp, con mensajes privados que no se controlan? ¿Es un concepto que ya se ha quedado anquilosado? Lo cierto es que ayer estaba prohibido hacer ningún tipo de declaración, publicidad o acto para pedir el voto. A los electores les tocaba descansar del bombardeo continuo al que han sido sometidos durante prácticamente mes y medio, desde que empezó la campaña de las elecciones generales del 28-A y hasta que este viernes concluyó la del 26-M, más cercana por tratarse de los comicios autonómicos y municipales.

Y, como no, también les tocaba parar y descansar a los candidatos que aspiran a conseguir poder en Extremadura después de jornadas maratonianas en una región tan extensa donde rápidamente se suman kilómetros.

La familia, los amigos, la soledad... cada cual buscó su refugio particular para pasar un día de tregua antes de que las urnas dibujen la realidad que se impondrá en la comunidad y sus municipios durante los próximos cuatros años.

Respirar

Así, el candidato del PSOE, Guillermo Fernández Vara, respiró aire fresco por la mañana en el puerto deportivo de Villarreal de Olivenza, en su localidad natal, acompañado de sus familiares y amigos.

El líder del PP, José Antonio Monago, como ya viene siendo habitual, se despejó descansando en familia y saliendo a pasear en solitario con su perro ‘Tito’. Además, por la mañana, asistió a la clausura de las Escuelas Deportivas Municipales 2018-2019, en la ciudad deportiva de La Granadilla, en Badajoz.

Irene de Miguel, la número uno de Unidas por Extremadura (la coalición formada por Podemos, Izquierda Unida, Equo y Extremeños), aprovechó para celebrar un almuerzo con la familia y algunos amigos en uno de los chiringuitos del embalse de Proserpina, en Mérida.

El candidato de Ciudadanos, Cayetano Polo, se dedicó a hacer la compra y no faltó a la cita del café mañanero en su bar de siempre de Cáceres, Casa Flores. A mediodía, disfrutó de una comida con familiares y amigos.

Y el líder de Vox, Juan Antonio Morales, se marchó a su localidad natal, Lobón, para desayunar con su mujer y sus tres hijos en el bar El Parador de Juan. Por la tarde acudió a ver un partido de fútbol del club de su pueblo.

¿Qué pasará?

Hoy todos ejercerán su derecho al voto y volverán otra vez a la actividad política. Su primera tarea será tener que esperar la decisión de los electores extremeños. A partir de ahí, les tocará hacer balance y, si se diera el caso, empezar la partida de los pactos.

Porque sin mayorías absolutas a la vista, las elecciones no acaban el 26-M, sino que el futuro de la comunidad se empezará a decidir a partir del 27-M, con las cartas abiertas sobre la mesa y ya sin incógnitas sobre los resultados.