El resultado fue el esperado. Por un lado la indefinición de Cs, «no estamos ni a favor ni en contra --de la mina--, queremos un análisis serio que aún no se ha hecho», aseguró su candidato a la alcaldía, Francisco Alcántara. Y por otro el no rotundo de PP, PSOE y Podemos. Nada nuevo. Por eso el último asunto del debate, la incidencia de la mina en los pactos de gobernabilidad tras el 26-M, generó más atención. Aquí los cuatro coincidieron en que el proyecto de Valdeflores quedará fuera de los acuerdos postelectorales.

Abrió el fuego el candidato del PP a la alcaldía, Rafael Mateos. Alcántara no lo hizo pese a ser el primero en hablar. Si es el más votado, Mateos necesitará a Cs para ser alcalde. Por eso pidió que el posicionamiento de cada grupo «no sea obstáculo para dar estabilidad al gobierno». Y después entró al detalle cuando, tras recordar el no del PP a la mina, reclamó «altura de miras para que en ningún caso se produjese un chantaje si hay que llegar a un acuerdo».

Alcántara recibió el recado: «No creo que nadie vaya a pretender que esto sea objeto de chantaje de cara a la gobernabilidad de la ciudad, sería pueril», contestó en su turno de cierre. Si hay que negociar un acuerdo PP-Cs, la mina, pese a que Ciudadanos volvió a dar ayer muestras de estar por el sí al proyecto, no será inconveniente. Si Alcántara gana en votos la noche del 26-M, será él el que necesite al PP o al PSOE.

En medio de este cruce de mensajes, el tercero en liza para hacerse con el bastón de mando de la ciudad, el candidato socialista Luis Salaya, que puede necesitar a Cs si quiere ser alcalde, insistió en que para su partido la mina «no es objeto de negociación» y se anticipó a Alcántara cuando recordó que el portavoz de Cs en el ayuntamiento, Cayetano Polo, ya anunció que Valdeflores no estaría en los pactos postelectorales.

Antes, la candidata a la alcaldía de Unidas Podemos, Consuelo López, sembró la duda de que la mina se ponga al final sobre la mesa de negociación. Para su partido Valdeflores «no es objeto de negociación, pero lo que me preocupa es que lo sea para el resto de partidos», afirmó. Esa sospecha la despejaron Mateos, Salaya y Alcántara: la mina no estará en los acuerdos postelectorales.

Cs es el único que no se moja con la mina. Sabedor de que los que se oponen al proyecto han ganado la calle, no dice sí abiertamente a Valdeflores, aunque Alcántara dio razones a favor cuando dijo que hay «un superávit medioambiental y tenemos un déficit en materia de empleo» y pidió que no se cometa el error «de no valorar objetivamente y con datos» el proyecto y que no se resuelva solo políticamente «algo estratégico» para Cáceres.

CERCA DE LA CIUDAD / Los otros tres candidatos dejaron clara su postura: un no rotundo a la mina, no hace falta más discusión, incluso los tres enseguida respondieron a la alusión de Alcántara de que la mina «requiere un consenso que excede del ámbito cacereño». «Cáceres tiene mucho que decir», subrayó Mateos como resumen de la posición de los tres partidos.

Hay varios motivos que explican el no del PP, PSOE y Podemos, pero destacan tres entre los que citaron: está demasiado cerca de la ciudad, no hay garantías de que se cree el empleo que se ofrece, que además es insuficiente y temporal, y el daño que se causa sobre el espacio de la Montaña sin que haya seguridad de que el terreno se vaya a restaurar ni sea creíble lo que se propone. «No sé si estamos ante un proyecto minero o ante una operación especulativa», dijo Salaya. López, que citó lo ocurrido en Monesterio con Aguablanca donde la inversión para la regeneración de la zona procede de fondos público, apuntó que en estos proyectos «se privatizan los beneficios, que son para la empresa, y se socializan los gastos, que pagamos entre todos». Por la ubicación proyectada para la mina, en la sierra de la Mosca, es una iniciativa «inviable», sentenció Mateos.

FRANCISCO ALCÁNTARA. Se esforzó en dejar claro que Cs no está ni a favor ni en contra de la mina y que se necesitan «informes cualificados que analicen el impacto medioambiental y económico» e insistió en que no se trata solo de un proyecto minero, sino también industrial para transformar el mineral que se extraíga. Aseguró que la ciudad «no es tan unánime respecto al posicionamiento de la mina (el no a la mina ha ganado la calle)» y subrayó, en una defensa del proyecto, que «la prioridad es el empleo.

RAFAEL MATEOS. La mina «traerá desolación, destruirá empleo y alejará el turismo» de la ciudad. Quiso dejar claro desde sus primeras palabras que el PP no quiere el proyecto de Valdeflores. Argumentó que no es creíble la solución que da la empresa (Tecnología Extremeña del Litio) para recuperar el espacio afectado por la corta y que su ubicación «es inviable» y la hace «incompatible con la vida en la ciudad de Cáceres». También cuestionó los datos de empleo que da la empresa (207 directos). «Es un proyecto difícil de creer», resumió.

CONSUELO LÓPEZ. Insistió en que se trata de un proyecto con un plazo de caducidad (15 años en la extracción y 24 en el tratamiento del mineral) y que después no hay más ni garantías de que el impacto sobre el terreno se vaya a reparar, además reiteró que las cifras de empleo vinculadas a esta iniciativa no coinciden con la media nacional de trabajadores en explotaciones mineras. Al «impacto medioambiental» que generaría sumó que en el modelo de ciudad que quiere su partido «no cabe una mina a cielo abierto» pegada a la misma.

LUIS SALAYA. Desde sus primeras palabras dejó claro que la posición de su partido es en contra del proyecto. Quiso despejar dudas porque es la administración autonómica, gobernada por el PSOE, la que tramita el expediente de concesión. Recordó que la decisión del PSOE extremeño sobre este proyecto se decide en Cáceres y que la misma es en contra de la mina. Y aludió a lo ocurrido en otras ciudades, en las que se hizo una apuesta por la minería y donde ahora «cuando la mina se ha ido, lo que queda es paro».