«A estas alturas de la película la gente me conoce». Y Guillermo Fernández Vara (Olivenza, 1958) ya no va a cambiar su forma de hacer política. Sabe que dentro y fuera del PSOE hay quienes echan en falta que sea más bronco. «Pero soy un gran tendedor de puentes y lo que no voy a hacer es levantar barricadas. Los ciudadanos nos dicen que hablemos y la política debe basarse en recuperar consensos perdidos y buscar acuerdos». Y así, con su talante conciliador y con dos legislaturas de gobierno y otra de oposición a sus espaldas, está haciendo la que será su última campaña como candidato a presidir la Junta. Con ella espera cerrar el círculo y volver a ganar, como aquella primera vez del 2011, con mayoría absoluta. Su objetivo: «acabar el trabajo iniciado en el 2015 y demostrar que era el camino correcto».

-La última es una campaña especial.

-Pero tiene algo más importante de especial, que es un nuevo reto. Estoy en política por servir y ser útil a los demás y eso me lo permite por última vez la legislación y voy a hacer todo lo posible para que esta legislatura dejemos colocada Extremadura en un lugar que no solo sea irreversible, sino que resuelva de una vez por todas los cuellos de botella de las infraestructuras, con el tren y sobre todo con autovías. Voy a ser muy exigente y reivindicativo con el gobierno de España y con Europa.

-¿Ve factible la mayoría absoluta?

-Estoy trabajando desde hace mucho tiempo para que pueda ser una realidad. No lo descarto en absoluto, pero es muy difícil en un escenario de cinco partidos.

-¿Con su bagaje es más fácil o más complicado salir a la calle a buscar nuevos votantes?

-Depende. Hay veces que lo nuevo vende y otras veces que lo que vende es la experiencia. A mí me da que hay una buena parte de la sociedad extremeña que va a apostar por la experiencia porque en la encrucijada de caminos en la que nos encontramos, la experiencia, llena de capacidad de cambio y de mejora, es un grado.

-¿Qué Extremadura aspira a conseguir con cuatro años más?

-Una Extremadura en la que los ciudadadanos y ciudadanas tengan una mayor consolidación de derechos y la posibilididad de poder vivir una vida mejor y más justa. Y una Extremadura con capacidad de acuerdo y diálogo y en la que la gente tenga esa conciencia de que para poder prosperar hay que esforzarse, la administración está para ayudar y facilitar.

-En la anterior campaña firmó sus compromisos ante notario, pero no se han cumplido todos.

-Prácticamente el 90% sí se han cumplido y desde luego todos los importantes. Aquello fue una manera de volver a darle importancia a los compromisos y las palabras. Fueron 60 medidas que llamamos la ‘agenda del cambio’ y que no imaginé que serían tan famosas.

-¿Qué se deja en el tintero?

-Algunas cosas no están consolidadas del todo pero hay una lectura positiva aunque no complaciente. Por ejemplo, hemos sido la región que más ha crecido en viajeros nacionales e internacionales y eso abre muchas perspectivas de futuro. Y me comprometí a que el 20% de toda la energía limpia esté en Extremadura y eso son 8.000 millones de inversión en los próximos años. Ese es el camino.

-Está más y menos satisfecho de...

-De devolver a los niños de las escuelas la igualdad de oportunidades, el transporte, los libros, más maestros... La educación es la palanca de transformación de los pueblos. Y también de ese primer trasplante con donante vivo que da sentido al esfuerzo de tantos años por construir una sanidad de calidad. Luego, mientras haya gente que no tiene la posibilidad de trabajar no puedo estar satisfecho. No pararé hasta que todo el que quiera trabajar lo pueda hacer, en lo más parecido posible a su formación, con calidad y retribución digna.

-¿A eso destinaría los próximos cuatro años si logra gobernar?

-A que Extremadura sea la región donde más fácil de verdad sea constituir una empresa, que eso represente una significativa bajada del desempleo y una apuesta por el empleo de calidad y luego a que nuestra seña de identidad sea la igualdad: entre hombres y mujeres, en el mundo de la discapacidad, de los mayores...

-¿Qué sucederá el 26 de mayo?

-Tengo la sensación desde hace tiempo de que nos va a ir bien, de que no está todo hecho, pero de que el PSOE ha vuelto a sintonizar con una parte de la fibra sensible de muchos españoles y que es, en estos momentos, el único partido que tiene un proyecto claro para España y para Extremadura. Las elecciones generales anticipadas cogieron descolocados al resto de partidos y así siguen, creyendo que la política son solo eslóganes, selfies y tuits. Yo me estoy dedicando a hacer una campaña muy propositiva y no me van a encontrar en broncas estériles.

-Confía entonces en que se mantenga esa movilización del 28-A.

-Es prácticamente imposible mantener una tensión durante dos meses. Ha bajado y ahora está empezando a subir. Y hay otra peculiaridad a la que no se le da importancia y es la alta participación de los jóvenes. No se ha puesto de moda votar, pero sí que su futuro no lo escriba nadie, sino ellos.

-¿Y eso lo ha logrado el PSOE? ¿VOX? ¿las encuestas?...

-Un poco todo. La épica de Pedro Sánchez después de todo el proceso que ha llevado a cabo, primero interno dentro del partido y luego las acusaciones falsas de que había pacto con los nacionalistas en los presupuestos... ponen de manifiesto que el PSOE es el único que tiene claro dónde quiere ir. Los demás están como pollos sin cabeza.

-Pero una cosa es quien gana y otra quien suma... ¿Podría darse aquí un pacto a la andaluza?

-En las elecciones los ciudadanos dicen quién gana y cómo gana y ese escenario es lo importante. Creo que nunca más se dará un pacto a la andaluza. Se dio en unas circunstancias muy peculiares que son difíciles que se repitan. En algún ayuntamiento o comunidad puede haber un pacto de las tres derechas, pero creo que ahora mismo hay una mayoría de centro izquierda en España.

-En un escenario sin mayoría, ¿con quién se sentará a hablar primero?

-Voy a esperar a leer el periódico al día siguiente y el escenario nos lo va a decir. Lo que no voy es a entrar en barricadas y exclusiones. Y además hay cosas que tenemos que sacar por unanimidad, como un pacto por el reto demográfico. Las políticas sociales tendrán mayoría clara, pero las políticas de región hay que transformarlas en consenso.

-¿Pero prefiere a Podemos o a Ciudadanos? Pablo Casado dijo en Plasencia que hay pacto cerrado con Cs.

-Un político que en lugar de venir a comprometerse con la región, viene a meter el dedo en el ojo me produce desazón. Se dan por derrotados. No dudan de que el PSOE va a ganar y quiero que ganemos bien para que no necesitemos de nadie, para que los ciudadanos nos puedan pedir cuentas y no podamos escudarnos en que no hubo mayoría.

-¿Pero Podemos o Ciudadanos?

-Con Podemos me he sentido cómodo discutiendo leyes y con Ciudadanos también hemos sido capaces de llegar a acuerdos. Habrá que ver qué plantean ellos. Yo quiero ganar.