El show lo inició el candidato de Vox, Juan Antonio Morales, que nada más empezar se marcó un Albert Rivera (ya saben, eso de llevarse un bolso de Mary Poppins e ir descubriendo artilugios). Sacó de debajo del atril un Oscar que, aseguró, le entregaría después a Guillermo Fernández Vara, candidato socialista, por haber convertido a Extremadura en la región con mayor presión fiscal, o lo que es lo mismo, donde, a su juicio, se pagan más impuestos.

Siguió el aspirante de Extremadura Unida, Pedro Lanza (el único que acudió sin chaqueta ni corbata), que protagonizó un Pablo Iglesias leyendo la Constitución, pero en castúo, para reivindicar el papel de «las regiones pobres que ayudan a las ricas».

Así arrancó ayer el debate de Canal Extremadura Televisión, que reunió a los siete partidos que presentan candidatura a la Junta por ambas provincias (excepto Pacma, que no supo a qué portavoz enviar). El formato televiso fue conducido por el jefe de informativos del ente público, Manu Pérez. Cinco hombres y dos mujeres -«no es casualidad», criticó Irene de Miguel, la candidata de Unidas por Extremadura, en el bloque de igualdad- protagonizaron este encuentro, que logró no resultar pesado y generar debate real durante casi sus dos horas de duración.

La encargada de romper el hielo fue Laura Márquez, de Actúa (el partido de izquierdas que a nivel nacional lidera Gaspar Llamazares), que puso el foco en la pobreza: «Hace falta una revolución industrial acorde con el siglo XXI».

Los candidatos, ayer, en el plató antes del programa de Canal Extremadura. Desde la izquierda: Laura Márquez (Actúa), Juan Antonio Morales (Vox), Pedro Lanza (Extremadura Unida), Cayetano Polo (Cs), Irene de Miguel (Unidas por Extremadura), José AntonioMonago (PP) y Guillermo Fernández Vara (PSOE).

MÁS COMO PRESIDENTE

Vara habló más como presidente que como candidato (cada vez está más convencido de que va a ganar y de que va a gobernar) y recibió ataques de Vox, que lo acusó de mantener «chiringuitos ideológicos» y de practicar el «enchufismo» citando a personas con nombres y apellidos; pero sobre todo fue criticado por Ciudadanos, que dijo que Extremadura seguía siendo un cortijo: «Para que haya trabajo Vara tiene que perder el suyo», afirmó Cayetano Polo.

No obstante, Vara apostó por el tono conciliador y no entró al trapo en ningún momento.

Pero el carácter más cercano lo consiguió el líder de Extremadura Unida. Hablando del colectivo LGTBI, por ejemplo, expresó: «Yo tengo un hijo, que es que es un cielo», soltó.

Por su parte, el líder del PP, José Antonio Monago, metió el dedo en la herida del éxodo juvenil y volvió a pedir un sistema fiscal especial para la comunidad. Y se lamentó de que por culpa del exceso de protección ambiental hay que tirar el complejo residencial de Isla de Valdecañas.

Los candidatos hablaron de sus programas electorales, pero también de pactos de Gobierno tras los resultados que traerán el 26 de mayo. La única que contestó claramente fue Irene de Miguel, que ofreció su mano al PSOE.

Cayetano Polo no respondió, caminando, como es habitual, por el discurso de la ambigüedad: sigue con su línea de que él será el próximo presidente de Extremadura y que tendrán que buscarlo a él para cerrar cualquier tipo de acuerdo.

Tampoco quiso contestar Fernández Vara si buscará el apoyo en Unidas por Extremadura o en Ciudadanos; simplemente volvió a dejar caer que el objetivo es la mayoría absoluta.

¿Y Monago? Recordó que él había llegado a acuerdos en la Asamblea con IU y también dejó la puerta abierta a cualquier opción, por ejemplo, el modelo andaluz de PP-Cs-Vox.

Durante todo el debate Polo (imitando a su jefe nacional) buscó provocar a Vara y Monago y en algunos momentos lo consiguió, pero ambos le respondieron a otro nivel. El candidato socialista dijo: «A los que hablan de cansancio les digo que nos vemos mañana a las 8.00 y que me sigan el ritmo, a ver si puedes». El líder popular, de alguna manera, le dio un consejo: que no sea «arrogante y tenga más humildad, que es el carácter de esta tierra». Y le aseguró que «aquí no sobra nadie» y que deje que deje que sean los votantes los que elijan el gobierno.

«ADOLESCENTE POLÍTICO»

También le acusó de copiarles el programa electoral. En el turno de debate se evidenció la rivalidad entre Monago y Polo y el popular sacó su lado más ácido.

El líder de los populares le llamó «adolescente político» al número uno de la formación naranja e ironizó: «Extremadura entera está esperándole a usted como el Mesías».

Remató Irene de Miguel asegurando que «mucho teatrillo para que después pacten».