Gana el PSOE y mantiene su hegemonía, pero queda lejos de la mayoría absoluta y necesita a otro partido para gobernar. Esa llave se la disputarán entre Ciudadanos, que le quita hasta 9 escaños a los populares y se convierte en tercera fuerza, y Unidas por Extremadura (la coalición de Podemos, IU, Extremeños y Equo), que conserva sus asientos pero pasa a cuarto lugar. El PP se desploma y pierde la mitad de sus diputados, que recogen tanto la formación naranja como Vox, el partido de extrema derecha, que entra en la Asamblea con la misma fuerza que lo hizo Podemos en las elecciones de 2015. El arco parlamentario regional queda así: PSOE 28-30 escaños (tiene 30), PP 14-16 (ahora son 28), Ciudadanos 8-10 (solo ocupa 1), Unidas por Extremadura 5-6 (tiene 6) y Vox 5-7 (no cuenta con ninguno). Es la foto fija de Extremadura que dibuja la encuesta realizada por Ágora Integral para EL PERIÓDICO EXTREMADURA, que le da la victoria a Guillermo Fernández Vara tras la cita del 26-M.

DOS ALTERNATIVAS

Los socialistas podrían formar un gobierno de izquierdas con Unidas por Extremadura (o mandar en solitario logrando la abstención de la formación morada, como ha ocurrido esta legislatura); o bien girar hacia el centro (o centro-derecha) ofreciéndole la mano a Ciudadanos. Las dos alternativas estarían abiertas.

El modelo andaluz, la unión de PP-Cs-Vox, solo llegaría a la mayoría absoluta sumando los resultados máximos; pero al bloque de izquierdas le bastaría con los mínimos para alcanzar los 33 diputados necesarios. Las cuentas están claras.

Por provincias, en la de Badajoz el PSOE se llevaría de 17 a 18 escaños (actualmente suma 18), el PP de 7 a 8 (ahora son 15), Cs entre 4 y 5 (no tiene ninguno), Unidas por Extremadura 3 (los mismos que ahora, no existe horquilla porque la distancia entre el anterior y el posterior es amplia) y Vox de 3 a 4 (tampoco tiene representación); en la de Cáceres, el PSOE se quedaría con 11 o 12 (ahora son 12), el PP con entre 7 y 8 (tiene 13), Cs con 4 o 5 (ahora tiene 1), Unidas por Extremadura con entre 2 y 3 (ahora suma 3) y Vox oscilaría entre 2 y 3 escaños (no cuenta con ninguno).

LA VOLATILIDAD DEL VOTO

Los socialistas extremeños crecen en porcentaje de votos y llegan al 44,1% (e incluso un punto más en la provincia de Badajoz). En las elecciones de 2015 se quedaron en el 41,5%, y en las generales, en el 38%. No obstante, la encuesta de Ágora Integral es una foto fija de la semana justo después del 28-A, con el PSOE en plena euforia llegando a su máximo, incluso por encima de sus posibilidades reales.

Pero además esa destacada subida no se ve reflejada en el número de escaños que ocuparía este partido en la Asamblea de Extremadura, puesto que incluso podría perder hasta dos asientos. ¿El motivo? Vox logra alcanzar el 5% de los sufragios y es parte del arco democrático, de manera que los 65 diputados se repartirían entre 5 fuerzas; antes eran solo 4.

En esa ecuación entra también en juego la volatilidad del voto entre los populares y Vox. Desde que se conoció el escrutinio del 28-A la tendencia es que el PP recupere apoyos por quienes han cambiado de opinión tras evidenciarse la división de la derecha y por el giro de la formación hacia la ideología de centro. Y puede haber dos consecuencias: la primera es que el partido de ultraderecha, que llegaría al 10,1% de los apoyos, baje varios puntos beneficiando a los populares; pero la segunda es que el porcentaje caiga aún más y entonces Vox no llegue al 5% necesario para obtener escaños, de manera que saldría beneficiado el PP, pero también el PSOE, ya que el reparto de diputados volvería a ser entre 4 partidos; entonces los socialistas podría arañar algún escaño más.

En general, la cifra de indecisos ronda el 22% mientras que la participación subiría un punto, hasta el 74%, en comparación con las anteriores elecciones autonómicas. ¿El comportamiento de los nuevos electores? Principalmente elegirían a Vox, en menor medida a PSOE y Ciudadanos.

SIN SORPASSO A LA VISTA

La formación que más crece en porcentaje de votos es Ciudadanos, que fortalece su marca, pasando del 4,3% de 2015 al 13,1% de ahora (y sube hasta dos puntos más en la provincia de Cáceres); aunque son ya menos apoyos que los logrados en las generales (17,9%). No obstante, el partido liderado por Cayetano Polo le seguirá arrebatando papeletas a Monago (se registra un 7,7% de fuga de votos) para colocarse en tercer lugar, pero con distancia del hipotético sorpasso que sí llegaron a configurar los resultados del 28 de abril.

Así, el PP pierde casi 16 puntos en porcentaje de sufragios (moviéndose del 37% al 21,1%). La caída es prácticamente similar en las dos provincias.

Vox, por su parte, sube del 0,28% al 10,1% de manera idéntica en toda la comunidad atrayendo apoyos de los populares y de Ciudadanos.

Y la coalición de Unidas por Extremadura también experimenta un crecimiento en comparación con las generales y las últimas autonómicas. Aumenta más de dos puntos desde 2015, subiendo del 7,9% al 10,1%.

Hace cuatro años Podemos se presentó en solitario, sin IU. Esta vez van de la mano junto a Extremeños y Equo, una unión que, vistos los resultados, les hace sumar votantes.

En este caso el alza tampoco queda reflejado en el número de escaños, es más, si tenía 6 asientos ahora la encuesta le da lo mismo, o incluso uno menos (lo perdería por la provincia de Cáceres). ¿La razón? Semejante que para el PSOE: al entrar Vox, el reparto del arco parlamentario ya es entre 5 partidos.