Siempre estuvo en las quinielas de estos galardones y ayer llegó su gran momento. Manuel Marín (67 años) lleva toda una vida luchando por crear riqueza para su tierra. Desde niño tuvo claro que quería ser empresario y muy pronto decidió poner en marcha una empresa del mundo de la distribución alimentaria. Actualmente, el grupo empresarial del que es socio factura 170 millones de euros anuales, tiene 220 tiendas franquiciadas y propias, y en el trabajan 1.500 personas. Líder Aliment, que opera bajo la marca Spar, es toda una referencia en el sur de España. Anoche, el Empresario Extremeño del Año 2019 dedicó su triunfo a familia, socios y trabajadores, poniendo el acento en la importancia de la empresa familiar extremeña.

-¿Qué significa para usted ser empresario y qué mensaje tiene para los que lo son?

-Para mí lo es todo. Ha sido siempre mi ilusión y mi sueño. Siempre digo que soy empresario por vocación y me siento la persona más feliz del mundo. Por otro lado, me gustaría destacar la empresa familiar, a la que Extremadura debe mucho y creo que no está valorada como se merece. Ahora es la que realmente está ‘tirando del carro’.

-¿Cómo fueron sus comienzos en el mundo de los negocios?

-Fueron muy duros. Siempre he estado trabajando a pie de calle, desde que con diez años comencé como vendedor de periódicos. Yo empezaba mi tarea en una oficina pero siempre acababa en la calle. En 1979, como tenía claro que iba a ser empresario, decidí que lo que hacía para otros lo podía hacer para mí. Si ahora es difícil montar un negocio, hacerlo a finales de los setenta era casi imposible. Junto con otros dos socios pusimos en marcha la empresa. Pedir préstamo a un banco en aquella época era una locura. De hecho, el primer préstamo nos lo concedieron al 21 por ciento. Lo hicimos para comprar una nave de 400 metros cuadrados. Pedimos 2 millones de las antiguas pesetas y nos concedieron solo 500.000. Y había que dar las gracias.

-Haga una breve radiografía de su empresa.

-Actualmente somos un grupo de empresas compuesto por Líder Aliment, Diexalsa y Exproel. Entre directos e indirectos, tenemos 1.500 trabajadores, una facturación anual de 170 millones y 220 establecimientos propios y franquiciados. No quiero olvidarme de mis socios Alonso Mogollo Carranza, Francisco Peces Piqueras y mi hijo, Óscar Marín García. Con ellos trabajo codo con codo todos los días.

-¿Cómo es su jornada diaria?

-Todos los días vengo a la empresa y despacho asuntos con los distintos encargados. Siempre hay alguna incidencia en una empresa con 1.500 trabajadores. Hay que estar a pie del cañón, aunque esté ya prejubilado.

-¿A quién dedica el galardón?

-A mi familia y a todos aquellos que lo han hecho posible: trabajadores, clientes y franquiciados. La verdad es que no me lo esperaba. Había oído hablar de él y todos los años lo leía en prensa, pero nunca pensé que fuera a recibirlo un día. Estaba en el aeropuerto de Sevilla cuando me llamó mi hijo para comunicármelo y pensé que estaba de broma. Me alegra recoger algo de lo que durante tanto tiempo he sembrado.