Las empresas que han seguido una peligrosa senda descendente en actividad han sido las de intermediación laboral. Las ETT van cuesta abajo y sin frenos, ya que el número de contratos de puesta a disposición de trabajadores ha descendido al nivel de 1997. Los cambios normativos introducidos y la singularidad de la economía extremeña --con fuerte peso en la ocupación del sector agrario y la construcción, donde no operan las ETT-- ha hecho que alguna de las ETT tiren la toalla y hayan abandonado el mercado extremeño. Según datos del Ministerio de Trabajo, el año pasado sólo intermediaron en 9.651 contrataciones, la mitad que en 1998, lo que supone un bajón notable.