El visitante pasea por las salas del museo. Las paredes están desnudas. En alguna de ellas, una pantalla de ordenador le invita a acercarse. Y aunque vea la obra pulsando en la pantalla con los dedos, la obra no estará allí, sino en la red. Es posible imaginar esta escena, pero que sea realidad no queda muy lejos en el tiempo. En el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (MEAIC) de Badajoz puede hacerse hasta septiembre un recorrido parecido si se visita Desmontaje, Re / apropiaciones e Intrusiones , una muestra que refleja el carácter pionero del museo pacense en la difusión del arte digital, cuya sala de exposición es internet.

Organizada por el museo pacense y Acción Cultural Española (AC/E), reúne obras digitales de casi cien artistas de todo el mundo, especialmente españoles e iberoamericanos. Todas ellas forman parte de Netescopio, el archivo de arte en la red que desde 2008 impulsa el centro cultural extremeño y que dispone actualmente de 120 piezas.

Estrictamente hablando, ninguna de esas obras está físicamente en el museo. Pueden verse desde cualquier lugar del mundo, entrando en la dirección de internet http://netescopio.meaic.es. Pero la exposición inaugurada la pasada semana da oportunidad al público de conocerla en la propia sede del centro. Mediante un programa informático y utilizando tabletas ofrecidas por el museo o su móvil accederá, durante la visita, a información sobre las obras y artistas de la exposición.

TERMINALES DE ORDENADOR En el espacio físico del centro hay vídeos proyectados en las paredes que documentan las piezas, textos orientativos en las propios muros y terminales de ordenador para entrar en las obras. Una de ellas, de hecho, recuerda ese modelo futuro de museo que se atisba en el horizonte. We AR in MoMA (http://www.sndrv.nl/moma/) recoge una intervención en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), en la que los visitantes, empleando sus móviles, asisten a una exposición virtual en varias salas.

Las obras expuestas en el MEIAC resumen tres líneas de trabajo del centro aplicadas al arte digital: Desmontajes , con piezas incorporadas en el 2008; Re / apropiaciones (del 2009) e Intrusiones (del 2011). Si la primera recogía parte de la producción de los primeros años de la web, la segunda hacía hincapié en la reutilización por los artistas de materiales simbólicos y la apropiación en la red.

En esta tercera fase, las propuestas intervienen artísticamente en internet entendido como espacio público. Algunas parodian páginas de uso privado, tercian en espacios de uso común como Wikipedia o Google Maps, o se infiltran en el ordenador del usuario.

Si la iniciativa del MEIAC apunta a cómo se conciben algunos museos en el futuro, ¿qué ocurrirá con el espacio físico de ese museo? "Ampliará sus funciones", contesta Gustavo Romano, responsable de la exposición inaugurada en el MEIAC.

"El museo ha sido un almacén de obras para su resguardo, pero hoy va más allá. Tendrá una función más social", añade. Difundirá propuestas como la de Badajoz, reunirá a artistas y los pondrá en contacto con otros y con el público. "Se convertirá en una plataforma cultural".

El horizonte de un museo limpio de obras plantea, sin embargo, algunos debates similares a los que se suscitan en los museos tradicionales.

Por ejemplo, el de la conservación de las obras. Las pinturas no solo resisten siglos, sino que, a la luz de su conservación, renacen periódicamente como si hubieran sido pintadas ayer (como ha ocurrido con una copia de la Mona Lisa del Museo del Prado).

¿Qué va a ocurrir con el arte digital cuando empiezan a escucharse voces de expertos que apuntan a la degradación del material con que está confeccionado? Gustavo Romano contesta que el museo, con las copias que realiza de estas obras, asegura su perdurabilidad. Pero apunta a un panorama más inquietante.

Los softwares cambian, los sistemas operativos quedan obsoletos y desaparecen. "Van a existir otras plataformas y en el paso de una red a otra se perderán trabajos. Cosas que funcionaban dejarán de funcionar", afirma el responsable de la exposición del MEIAC.

Surge la duda de si, aún siendo el museo extremeño pionero en el arte digital, la repercusión de su apuesta hubiera sido mayor de disponer de su sede en el centro (en Madrid, por ejemplo) en lugar de la periferia. Un debate algo inútil en internet, donde no existe centro ni periferia, sino simultaneidad.

"Es posible que estando en Madrid hubiéramos tenido más difusión. Pero fuera de España da igual", afirma Romano. El comisario de la muestra señala que el público especializado dispone de canales de difusión efectivos, a través de los cuales llegará esta exposición. De hecho, ciudades que funcionan como eje del arte y la red no son centrales en sus geografías nacionales. Cita San Diego o Minneapolis, en lugar de Nueva York, o Dormunt, en lugar de Berlín. Lo cual es aplicable a los principales centros de arte y tecnologías del mundo.

Además, la muestra del MEIAC se convertirá en itinerante y llegará a México o Estados Unidos. "Así que creemos en su difusión desde la periferia, y nos hacía ilusión arrancar desde un lugar pionero como el MEIAC".