Lo primero que hace el atlético Jo Nesbo (Oslo, 1960) es preguntar si Madrid es una ciudad peligrosa para coger la bicicleta. Al responderle que sí, se queda un poco sorprendido. Después, desafiante, responde: "Bueno, también es peligroso Londres y Nueva York y sobrevives, ¿no?" El escritor, un superventas que ha sido estrella de rock y agente de bolsa, visita Madrid para promocionar El muñeco de nieve , nueva y terrorífica entrega de la saga del detective Harry Hole (editado por RBA) donde el pendenciero comisario tiene que investigar otro caso escalofriante: la desaparición de varias mujeres casadas y con hijos.

--Muchos lectores le han escrito cartas diciéndole que no pueden dormir después de leer El muñeco de nieve.

--Es cierto, sí. Cuando recibo una carta así no sé si es una queja o me están alabando.

--Es un elogio a todas luces.

--Pues entonces, perfecto.

--Si Harry Hole no fuera borracho, pendenciero y perdedor, ¿sería tan buen investigador?

--Probablemente mejor.

--Entonces, ¿por qué lo dibuja así?

--Porque todas las historias tienen que tener un conflicto. Y en la novela negra ese conflicto tiene que estar en la primera página. En mis libros hay muchas decisiones morales y estas son mucho más interesantes cuando tu protagonista no es un superman moral. Eso es el suspense. A fin de cuentas, tú, como lector, lo que te preguntas es si el alma del personaje terminará en el cielo o en el infierno.

--En todos sus libros deja claro cómo de borrosa es la frontera entre el bien y el mal.

--Durante la segunda guerra mundial si un japonés mataba por su país estaba mal hecho. Pero si un americano mata hoy por la democracia se considera que está bien, ¿no? Tirar una bomba, por ejemplo. Depende de quién lo haga está bien o mal. No hace falta que nos vayamos a una guerra. Si se trata de salvar la vida de tu hijo, ¿qué cosa no harías? Estos dilemas están a la orden del día. En mis libros hay dilemas morales que no son fáciles de resolver, igual que en la vida real. Por ejemplo, la venganza.

--Además de terrorífica, esta novela es más personal. ¿Ha incluido muchos terrores de infancia?

--En una escena del libro una mujer corre desesperada por el bosque. Y eso es algo de mi niñez. Yo tenía un amigo que vivía al lado de un bosque y cada vez que iba a su casa lo tenía que atravesar. Me daba mucho miedo, sobre todo en invierno.

--Martin Scorsese iba a dirigir la adaptación a la gran pantalla. Pero ya no. ¿Qué ha pasado?

--Pues que a pesar de que está muy interesado tiene una larga lista de proyectos. Y los productores tienen prisa, están impacientes. Han buscado a otro director. Pero, vamos, si él quisiera hacerlo, por mí sería perfecto.

--Hace 20 años Oslo era prácticamente un pueblo. Y ahora es Gotham City. Al menos en sus libros.

--La ciudad es así, tal cual aparece en mis novelas. Es Gotham City. Solo el 10% de lo que cuento es fruto de mi imaginación. El resto es real.

--Menos el fútbol, ha convertido en oro todo lo que toca. Su carrera como agente de bolsa y cantante le ha reportado muchos beneficios económicos. Como la literatura. Con esa cuenta corriente, ¿no le apetece coger su bici y dejarlo todo?

--Es lo que voy a hacer mañana. Me voy tres semanas a Grecia.