El próximo 23 de marzo Nacho Vigalondo estrenará Extraterrestre . El director de Los cronocrímenes quiere que su nueva película, además de en los cines, también se pueda ver en internet, en plataformas legales de pago. "Lo estamos negociando, pero en España las cosas funcionan lento", dice el cineasta. El caso de Extraterrestre es solo un ejemplo más del debate en el que está inmersa ahora mismo la industria cultural española: ¿Hay oferta legal suficiente en internet? Esa pregunta también centró ayer el estreno de la ley Sinde-Wert, que entró en vigor con el rechazo de unos, la bienvenida de otros y el escepticismo generalizado de todos. La norma antipirateo no penaliza al usuario que se baja contenidos culturales de internet protegidos por los derechos de autor, pero sí posibilita su bloqueo en las páginas que los enlazan. Desde que fue engendrada, la ley siempre ha ido acompañada de polémica. Ayer enemigos y amigos coincidieron en una cosa: no servirá para acabar con los problemas de la industria. "Es un ingrediente importante pero no suficiente para resolver los problemas de la industria cinematográfica", dijo el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert.