Más de 10.000 personas procedentes de toda la Comunidad de Madrid se manifestaron ayer en Collado Villalba para protestar por la muerte del guardia civil Antonio Molina, de 27 años, asesinado el martes en un tiroteo con un comando de ETA.

Para muchos de los asistentes, el joven agente fue un ´escudo´ que libró a Madrid de otro atentado seguro, perpetrado por "los sicarios del terror", como los definió el rector de la Universidad Carlos III, Gregorio Peces Barba, en el comunicado que leyó en la emblemática plaza de La Estación. La condena se repitió entre todos los políticos asistentes al acto.