El Gobierno cubano expulsó en mayo del 2005 a 13 parlamentarios europeos, entre ellos varios españoles, que con visado turista pretendían asistir a la primera asamblea disidente que se celebró en la isla. El único que se libró del castigo fue el diputado Jordi Xuclà, de CiU, debido, como él explicó, a las gestiones del Gobierno español y de su partido. Aun así, estuvo más de ocho horas incomunicado en el aeropuerto.